Skip to main content

Dos Cláusulas de Excepción en el Ritual de Primer Grado

Una de las creencias comunes de los profanos acerca de la masonería, es que los masones nos debemos siempre ayuda mutua, por ejemplo, si un masón es un juez civil y le toca juzgar a otro hermano masón por algún delito que se le impute, tiene la obligación de ayudarlo y dejarlo en libertad; hay varias historias que se cuentan que así aseguran ha ocurrido en el pasado, no hay manera de comprobar si son ciertas o no, así que, las creerá el que quiera creerlas.

Es cierto que un masón hace un juramento de ayudar a otro masón, y que, dentro de sus posibilidades, deberá hacer todo lo posible en el auxilio de un hermano siempre que lo necesite.

Pero, si un masón hace un acto deshonesto y está comprobado que así fue, ¿aun así deben sus hermanos ponerse de su lado?

Leer más…Dos Cláusulas de Excepción en el Ritual de Primer Grado

Enamorarse es de niños, amar es de adultos

Siempre me ha sorprendido que haya adultos en sus cuarentas de edad que dicen estar “enamorados”, y por supuesto, no de su esposa. Me dan ganas de decirles “¿qué acaso tienes 15 años o qué?”.

Y es que, el enamorarse es algo que hacen los niños, ¡vaya! para aclararlo, si tienes menos de 25 años, eres un niño en esta cuestión.

decision deAmarFreud comparaba el “enamorarse” con la hipnosis, donde aquella persona de la que estamos enamorados, toma el papel del hipnotista; sucede que lo que el hipnotista diga, que es la realidad, lo es para el hipnotizado. No se le reconoce error al hipnotista, si él dice que el número 7 no existe, el hipnotizado contará del uno al diez brincándose el 7. De igual manera, una persona no ve defecto en quien está enamorado.

El razonamiento deja de funcionar, incluso, el instinto de preservación también, y todo en nombre del “amor”. ¡Ilusos!

Ilusos como niños, pero no podemos culpar a los niños por ser ilusos, no tienen la suficiente experiencia; se necesita que cuando menos te “rompan el corazón” dos veces para “madurar” y dejar de ser un niño, sin importar la edad que tengas.

La primera vez que se nos rompe el corazón, normalmente juramos no volvernos a enamorar, pero siempre lo hacemos, y esa segunda vez que se nos rompe el corazón, nos deja por fin algo de experiencia, nos deja el poder reconocer las alertas y prevenir otro gran dolor, no siempre se logra, pero cuando menos ya podemos verlo venir. En otras palabras, nos “vacuna” contra el enamoramiento.

El niño enamorado no comprenderá la siguiente frase:

Si tu pareja se fue con otro(a), es porque no te quiere, y si no te quiere, pues es mejor que se haya ido con otro(a).

Cuando estás enamorado, lo que diga tu pareja se convierte en tu realidad, en cambio, cuando amas, si tu pareja dice una tontería, tienes la capacidad de reconocer que efectivamente dijo una tontería, pero no por eso dejas de amarla.

Cuando estás enamorado, no encuentras defecto físico en tu pareja; cuando amas, por su puesto que le ves la panza a tu pareja, pero no por eso deja de ser atractiva para ti.

Cuando estás enamorado, todo lo que tu pareja hace, lo hace bien; cuando amas, puedes ver perfectamente bien sus puntos débiles, y piensas que, precisamente, para eso estás tú, para compensarlos de alguna manera.

El niño “no puede evitar” enamorarse, en cambio el adulto DECIDE amar.

Amar a una persona es una decisión que se toma, y un niño no puede tomar esa clase de decisiones, sólo un adulto.

Enamorarse es fácil, hasta divertido podría ser, pero amar no siempre lo es, precisamente porque reconocemos a la pareja como es en realidad, vemos sus defectos, reconocemos cuando actúa mal, inclusive mal en contra de nosotros, pero con todo y eso, con todo y que a veces se haga odiar, decidimos amarla.

Un niño no ve el futuro más allá del fin de semana, un adulto sabe que el tiempo pasará y no siempre será como es hoy. Un adulto sabe que si hoy su pareja no está de humor, lo estará mañana, que si hoy, por cualquier razón, lo rechaza, mañana lo aceptará.

“Decido amarte hoy, y tomaré esa decisión todos los días, sabiendo aún que habrá días en los quisiera alejarme, porque sé que también los habrá en los que no querré dejar de besarte.”

No es lo que suceda hoy lo que motiva la decisión de amar, es la promesa del mañana.

Decidir amar a alguien es fácil algunos días, pero muy difícil algunos otros, pero, no deja de ser una decisión. El sentimiento de amar no es algo que deba salir espontáneamente de nuestro corazón, aunque a veces así es, es un sentimiento que nuestro cerebro decide tener; podemos sentirnos alegres genuinamente, o podemos también estar algo tristes, pero actuar de manera alegre y tarde o temprano, empezaremos a sentir genuinamente esa alegría.

Conozco historias de matrimonios de muchos años que terminaron porque el marido decía “ya no sentirse enamorado” de su mujer, y nuevamente me quedo con las ganas de decirles “¿qué acaso tienes 15 años o qué?”.

No es requisito, para un buen matrimonio, “estar enamorado”, es más, hasta podría perjudicar la relación. Lo que sí es requisito, es tomar, todos los días, la decisión de amar.

“Hoy no me siento enamorado de mi mujer, ya todo es rutinario”, ¡pues claro! ¿Qué esperabas? ¡Si ya no tienes 15 años! Puedes intentar salir de la rutina, o puedes disfrutar de la paz de una rutina, esas son las opciones.

Tú decides amar, y decides también de qué manera hacerlo, si haciendo juntos actividades que los saquen de la rutina, o disfrutando de la estabilidad de una rutina, o un poco de ambas de vez en cuando, pero es algo de debes de decidir.

Antes dije que NO es lo que suceda hoy lo que motiva la decisión de amar, sino la promesa del mañana, pero cuando el mañana deja de ser prometedor, entonces no hay nada que motive la decisión. El problema es que, si el mañana aún no llega, ¿cómo sabemos que no hay nada bueno en él? Pues… cuando no hay más promesa en el mañana, de alguna manera lo sabemos, sin embargo, eso es rendirse, lo cual no es necesariamente malo, existen situaciones insuperables.

El niño se rinde a la primera, el adulto lo hace únicamente cuando no le queda más fuerza.

El niño, al enamorarse, se pierde a sí mismo; el adulto al amar, se encuentra a si mismo… en la otra persona.

¿Qué decisión tomarás el día hoy?

Libre Albedrío

Es la capacidad de actuar según decidamos; pero para decidir sobre algo, primero debemos de tener opciones, de modo que, si no tenemos opciones, no tenemos tampoco libre albedrío. Sin embargo, la verdad es que SIEMPRE tenemos opciones para elegir.

Leer más…Libre Albedrío

Imposible no creer en Dios

Siempre y cuando NO lo entendamos como nos lo muestra la Biblia, porque si lo vemos así, obviamente es ABSURDO.

Y es natural que sea absurdo. “A Dios…” – dicen los religiosos – “no se le puede entender con nuestra menta humana, está más allá”.

Es curioso que algunas cosas logren ocultarse tan bien estando ante nuestros ojos.

Leer más…Imposible no creer en Dios

Alma y Espíritu

Dos palabras cuya importancia la definen nuestras creencias, para el no creyente son sólo conceptos, palabras que ayudan en la expresión de las ideas, como cuando el ateo habla del “alma de la fiesta” o de personas de “espíritu rebelde”.

Para el religioso son lo más importante de la vida, pues el espíritu describe a todos los entes no corpóreos, buenos o malos, ya sean ángeles o demonios; hay quienes hablan de “espíritus de enfermedad y pecado” y los cristianos reconocen un “espíritu santo”.

Leer más…Alma y Espíritu

¿Qué nos diferencia de los animales?

Podríamos decir que la “conciencia” en contraparte del instinto, entendiendo ésta como la capacidad de reconocer el bien y el mal y actuar en consecuencia. Los humanos tenemos Conciencia y los animales no, pero ¡tampoco es que la necesiten!, como individuos y como especie, pueden ser prósperos sin ella, ya que en el mundo animal no existe el bien y el mal, las cosas simplemente SON… y, sin embargo, hay casos en los que podríamos interpretar que un animal actúa siguiendo la “voz de su conciencia”, o ¿será sólo nuestra interpretación?

Leer más…¿Qué nos diferencia de los animales?

El Mejor Truco del Diablo

Hablemos de mitología:

Existe un libro realmente poco comprendido, donde se habla del PEOR de los demonios, aquel que gobierna sobre el corazón y mente de muchos hombres y los hace cometer las peores atrocidades en contra de la humanidad.

Este demonio, este ser infernal, es el verdadero REY de la oscuridad, verdadero rey de las tinieblas, él es el VERDADERO DIABLO, autor de muerte y destrucción a través de los siglos; se le conoce con el nombre de Avohej.

Leer más…El Mejor Truco del Diablo