He conocido a suficientes hombres que ahora son polvo...
Si vas a odiar a alguien, si vas a estar molesto con alguien, debes de estar dispuesto a mantener tu enojo pase lo que pase, así le suceda una tragedia a esa persona o a ti. Si no estás dispuesto a odiar pase lo que pase, entonces mejor no odies.
La muerte no debería de cambiar tu odio, si crees que, llegado ese punto, podría cambiar, entonces de una vez, hoy, no odies a nadie.
La gente recordará tus extremos, así que, procura que sean positivos, que lo que recuerden de ti, sea aquella vez que se divirtieron en extremo, y no aquella cuando te enojaste en extremo.
La paz tiene un precio, no lo digo como algo malo, simplemente así es. La paz tiene un precio, pero siempre serás más barato que la guerra.
Si quieres paz con quien te rodea, debes de estar dispuesto a pagar ese precio, la paz no viene sola, no sale gratis, necesita de nuestro esfuerzo, de que paguemos ese precio que es nuestra voluntad para dar aquello que debemos dar y a veces no mirar cuando no recibimos lo que creemos que debíamos recibir.
Mientras no estés completamente solo, considera siempre que alguien te está observando, por eso, cuida tus acciones, cuida la manera en que te diriges a otros, no tanto por ellos con quienes hablas, sino por aquel o aquellos que te observan. Seamos quienes seamos, somos ejemplo de alguien, pero no siempre sabemos de quien.
Procura ser sincero siempre, a menos que la mentira piadosa sea mejor que la verdad. Y procura ser recto en todo lo que haces, porque la naturaleza humana hace que la gente cuente lo malo antes que lo bueno. Cada buena acción cuenta por una, pero cada mala, por diez.
Déjate ver por los demás, acompáñalos a donde te inviten y comparte un buen momento, porque eso es lo que dejarás, recuerdos que reconfortan.
Ríete mucho, y has reír a otros, mantén un humor simple en todo momento. Cierto es que hay momentos serios, momentos de gravedad, y hay que comportarse igualmente de manera seria y grave, pero esos momentos son pocos, el resto, que son muchos, ríe.
Sé fiel a tus principios, que no tienen que ser los mismos que los del resto de la gente… es más, no deberían de ser iguales a los del resto de la gente, forma tus propios principios basados en tu razón y tu corazón, y sé fiel a ellos.
Si fuiste un truhan en vida, seguirás siendo un truhan muerto, nadie pensará de ti diferente por el hecho de que ya no estás con vida. Quizá hablen bien de ti, pero pensarán así.
No pierdas el tiempo con pleitos, disfruta lo que tengas y procura compartirlo todo.
Aún una pequeña plática con alguien puede dejar una gran huella, no menosprecies las pequeñas interacciones con desconocidos, porque no sabes a quien de ellos impactarás de un modo que no te imaginas.
Polvo eres y polvo volverás a ser. No somos nada en nosotros, pero podemos serlo todo en los demás… y eso es lo único que realmente cuenta.