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A mis nuevos Hermanos

Mucho se ha hablado en logia sobre los filtros de la masonería.

Estamos de acuerdo en que el primer filtro es la invitación que un masón hace a un profano para unirse a la fraternidad, no invitamos a cualquiera y no cualquiera acepta el llamado, pero quien lo hace aún pasa por cuando menos dos filtros más, la entrevista con el Venerable Maestro y su nombre mencionado a Hermanos de otras logias, para saber que no exista impedimento por parte de alguno de que ingresen a un Taller.

El último filtro para entrar a la masonería es la iniciación misma, en donde pasaron por varias pruebas que no son difíciles de superar para el hombre libre y de buenas costumbres, aunque también se requiere paciencia.

Ahora ya son masones, han dado tres pasos al interior del templo portando su delantal y se han unido con el resto de sus Hermanos en una cadena fraternal.

Y ahora ¿qué sigue?

Aprendices de Masón de la R:.L:.S:. Constancia #2Cada quien lo ira descubriendo a su paso... y eso es precisamente lo que quiero decirles: no dejen de caminar. No dejen de dar esos tres pasos al interior del templo portando su delantal, no dejen de unirse con sus Hermanos en una cadena fraternal.

Dar esos tres pasos, portar el delantal y unirse fraternalmente necesitó de un gran esfuerzo, no sólo por parte de ustedes, todos sus Hermanos que los recibimos nos entregamos en su iniciación, pero lo más importante es que nosotros tenemos fe en ustedes, esperanza en que se realicen como masones por amor a la humanidad.

Todos los hombres que ven aquí, sus Hermanos, son hombres inteligentes, aunque como dice el dicho “más sabe el hombre inteligente por masón que por inteligente”.

Cuando un hombre astuto y una certeza se juntan la humanidad corre peligro; cuando un hombre inteligente y una duda se juntan, se crean cosas maravillosas.

Todos venimos a este Taller a aprender, y yo creo que se aprende más cuando se enseña, por eso hago extensivas las palabras de nuestro Venerable Maestro que nos invita a participar aportando lo mejor de nosotros a esta logia.

Siendo aprendices tenemos permiso a equivocarnos, así que no teman hacerlo, lo único malo sería que no nos atreviésemos a cometer errores.

El único error que no debemos de cometer jamás es el de no escuchar.

La logia, como toda agrupación humana, evoluciona, cambia, crece y se desarrolla, el no escuchar seguramente nos hará quedarnos atrás, y no hace falta que entendamos todo, pero sí que escuchemos, quizá más tarde esa luz nos ilumine, cuando menos yo así lo espero.

Nuestro objetivo es ser mejores personas, de hecho ese es el objetivo de cualquiera a quien le preguntemos en la calle, pero nosotros nos lo tomamos en serio.

Tenemos este espacio seguro que llamamos templo, y fuera de él tenemos uno más en cada uno de nuestros Hermanos, no lo desprecien.

Para tener orden se requiere de más energía que la necesaria para tener desorden.

Difícilmente encontrarán en la vida otro lugar con este orden que da estabilidad al caos del universo, y cuya energía la aportamos todos y a su vez nos nutrimos de ella.

Gota a gota el agua desgasta la piedra, no por su fuerza sino por su Constancia.

Vistan su delantal, den los tres pasos hacia el templo y únanse fraternalmente a sus Hermanos en esta actividad que llamamos: masonería.