Técnica del Certificado de Amor Conyugal
En terapia de pareja, ocurre a veces que ambos dicen amarse y sin embargo no pueden estar en paz, no pasa un día sin que discutan, se molesten e inclusive hasta se insulten… pero tampoco pueden dejar de verse.
En estos casos, recomiendo usar la técnica que he llamado “Certificado de Amor Conyugal”.
Es mejor aplicarla individualmente a cada miembro de la pareja por separado.
En el siguiente ejemplo se aplica a un hombre con una mujer como pareja:
En un momento dado durante la terapia, especialmente después de que haya expresado sus quejas o su frustración por su pareja, se le mira con un gesto de extrañeza y se le confronta preguntando “¿Pero si la amas?, porque eso has dicho antes, que la amas, pero después de escucharte cualquiera diría que no es así”.
El paciente responderá muy probablemente sorprendido que sí, que sí siente amor por su pareja.
Manteniendo el gesto de extrañeza, casi como si uno no diera crédito a la afirmación, se le dice “bueno… es que quizá tienes una definición muy particular sobre lo que es amar. Para ti ¿qué significa amar?”
La respuesta del paciente, normalmente, será en relación directa a su pareja, es decir, comenzará a decir por qué cree que sí siente amor hacia ella, en ese momento se le interrumpe para aclararle: “No pero… yo me refiero a lo que es para ti AMAR, independientemente de ella… es más, no pienses en ella en este momento, piensa en alguna pareja que sea para ti ejemplo de lo que representa una buena pareja, piensa en tus papás si es que siguen casados y felices, o piensa inclusive en alguna pareja de película, cualquier ejemplo que exprese tu idea de lo que es AMAR. Ahora dime ¿qué es amar?, esa pareja ideal en la que pensaste, ¿qué hace uno por el otro que demuestra que hay amor?”
El paciente lo pensará un momento y comenzará a poner ejemplos, si se le dificulta se le puede ayudar diciendo “por ejemplo, ¿cómo se tratan entre ellos?, ¿de qué manera se hablan que es diferente a como hablan con el resto del mundo?”.
Se trata de poner ejemplos de “otra pareja”, así que se mencionará todo en tercera persona.
La idea es que se describan COMPORTAMIENTOS, no sentimientos, en otras palabras, no sirve de nada decir “siente que por ella es capaz de todo”, si dijera algo así, se le pedirá que describa un ejemplo realista de lo que es “hacer todo por ella”, me refiero a que, nuevamente, no sirve de nada decir “por ella subiría a la montaña más alta”, hay que aterrizar en la vida real lo que sería capaz de hacer, por ejemplo: “se levantaría de la cama y saldría, aunque haga mucho frío, a comprarle unos tacos nada más porque a ella se le antojaron”. Este ejemplo se traduce al final como “Hacer cosas que la hagan feliz, aunque sean pesadas o un poco incómodas para uno.”
Cuando el paciente haya dicho dos o tres ideas, se le dirá “espérame un momento, porque esto que dices es muy interesante, vamos a hacer una lista, voy a escribir lo que me estás diciendo” y entonces se repasa lo que haya dicho escribiéndolo en una hoja y se le invita a continuar.
Se le exhortará a que complete entre 7 y 10 descripciones de lo que es amar; aclaro nuevamente, hay que transformar los sentimientos que se mencionen en comportamientos, todo en la lista debe de ser observable por un tercero en un caso dado.
Llegando a 7 o 10 descripciones, si ya no se le ocurren más, lo que sigue es observar un momento la lista y felicitarle diciéndole “es una muy buena lista”, entonces se le lee punto por punto.
Al terminar de leer todos los puntos se le muestra la lista y se le pregunta seriamente “¿Con cuántos de estos cumples actualmente?”
Siendo una lista de COMPORTAMIENTOS y basada en una pareja ideal, muy seguramente no cumplirá ni siquiera con la mitad de ellos, entonces se le confronta de nuevo diciendo “Dijiste antes que la amabas, pero según tu propia descripción… pareciera que no es así.”
A pesar de los pocos puntos cumplidos de la lista, el paciente defenderá su postura afirmando que sí es amor lo que siente por su pareja.
“Tenemos entonces una incongruencia, dices amarla, pero según tu lista, no lo haces o cuando menos, no lo suficiente. Así que… ¿qué te gustaría hacer?, ¿Dejar de decir que la amas o comenzar de verdad a amarla?
Después de que conteste la respuesta obvia, se le dirá: “¡Perfecto!, ¡Y hasta tenemos una lista ya hecha de lo que hay que hacer! Y mira: de los 10 puntos ¡ya tienes cumplidos 3! (por ejemplo, que haya hecho diez puntos y haya dicho hacer 3 de ellos), ya iniciamos con parte del camino recorrido, ¡estupendo!”
“Vamos a repasar los que faltan” y se le pide que los lea él detenidamente uno por uno.
“Bien, de esos puntos que acabas de leer, ¿cuál te parece que es el más sencillo de hacer?, y permíteme que te aclare algo, te pregunto por el “más sencillo, fácil o rápido de hacer”, quizá no es el punto más importante o de más impacto de todos, eso no importa, lo que importa es que avancemos, así que, aclarada la pregunta te la repito ¿cuál punto es el más fácil, que hasta podrías empezar a hacer hoy mismo?”
Una vez dada la respuesta se debe repasar exhaustivamente, dando ejemplos y repasando situaciones hipotéticas, simulando lo que podría pasar que impida o facilite realizar ese punto.
Hay que dejar muy clara la imagen de lo que debe hacerse, de qué manera, en qué momento, en cuál lugar, repasando la acción paso a paso.
Quizá el paciente pregunte “¿y eso de qué va a servir?”, y si no lo pregunta igual hay que mencionarlo: “Es importante ir cumpliendo con los puntos que describiste, porque, en primer lugar, así no estarías faltando a tu palabra de “amarla” y, en segundo lugar, seguramente habrás escuchado o leído que si das odio, odio recibirás, y si das amor…” esperemos que el paciente complete la frase, si no pues, la completamos nosotros.
Y se le continúa diciendo: “Si en tu primer intento no lo logras, no te desanimes, nadie ha dicho que amar sea sencillo, sigue intentándolo, a nadie le salen bien las cosas a la primera, pero la práctica hace al maestro. En cuanto tengas oportunidad, vuelve a intentarlo, ese es tu objetivo.”
“No vamos a esperar una reacción o respuesta específica de tu pareja, realmente no podemos saber qué hará ella, pero si podemos estar completamente seguros de que, si tú cambias tu estrategia, ella tendrá que cambiar también su juego.”
Una vez que nos aseguremos de que hasta aquí le queda todo claro, seguimos: “Vamos por pasos, esta semana cumple con el punto del que hablamos, la próxima semana ya veremos, pero no nos preocupemos por eso… y otra cosa: mantente atento a su reacción, podemos esperar a que cuando tú estés cumpliendo con este punto ella haga algo bueno, puede ser una acción muy sutil, así que mantente atento a su comportamiento.”
De esta manera, cambiamos su anterior costumbre de esperar de ella puros pleitos y lo dejamos con la apertura recibir algo bueno de parte de su pareja.
En la siguiente sesión se discutirá la manera en que se cumplió con el punto, se le felicitará por haberlo logrado y luego se le preguntará por las reacciones que percibió de ella.
Se repasará la lista de nuevo decidiendo cuál punto es el que sigue por cumplir, obviamente, aclarando que el anterior debe de ser algo permanente en su comportamiento, sobre todo si reconoció que tuvo un efecto positivo en su pareja.
Normalmente no será necesario terminar con todo en la lista, basta con cumplir con algunos de esos puntos para que la situación en la pareja mejore sustancialmente.
Esta técnica es mejor aplicarla a ambos, pero no es necesario.
En caso de aplicarlo a ambos, si no se hace por separado, se corre el riesgo de que el otro vea en la lista de su pareja una serie de obligaciones y que luego le reclame por no cumplirlas adecuadamente. Las listas deben de permanecer secretas.
Al terminar, se le puede entregar al paciente su lista con los puntos cumplidos señalados (palomeados) diciendo: “Aquí tienes, este es tu Certificado de Amor Conyugal, ¡felicidades!”.