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¿Para qué ir al psicólogo?

“¡Si yo no estoy loco!” Es la reacción que se cree que es la más común, pero es sólo para ocultar la verdadera razón, aquella que nadie quiere aceptar.

“Conozco a algunos psicólogos y están más locos que yo” también se ha dicho esto comúnmente y ¡es más, estoy de acuerdo con esa! Aunque los psicólogos peligrosos no son los que están “locos”, son más bien los que se pasan de “inteligentes” y no siguen el código de ética del psicólogo.

“¿Por qué tengo que contarle mis cosas a un desconocido?” Dicen otros en defensa contra la terapia, y nuevamente me uno a ellos, ¿por qué lo harían?

Sin embargo no importa lo que se diga para evitar ir al psicólogo, la verdadera razón por la que nadie quiere ir es una sola y muy sencilla: las personas no van al psicólogo simplemente porque saben que FUNCIONA.

¿Qué puedo hacer por usted hoy?“¡¿Y luego de qué me quejo?!” Podrían pensar secretamente algunos.

Así es la naturaleza humana.

Anthony de Mello, sacerdote jesuita decía en un cuento: Una señora que viajaba en tren de noche se quejaba en voz alta “¡Ay que sed tengo, ay que sed tengo!” Un señor en el mismo cuarto dormitorio ya no aguantando las quejas que no lo dejaban dormir se levantó, caminó hasta el vagón comedor y le trajo un vaso con agua a la señora, quien con pena le agradeció el gesto y se bebió el agua. No tenía el señor ni medio minuto de volverse a acostar cuando se empezó a escuchar: “¡Ay que sed TENÍA, ay que sed TENÍA!”.

A veces necesitamos conflictos para estar en paz.

Y entre más tiempo tengamos sufriendo un conflicto menos disposición verdadera se tiene para resolverlo.

Siendo “animales de costumbres”, lo mismo nos acostumbramos a lo bueno como a lo malo, es el cambio lo que buscamos evitar y sabemos muy bien que si vamos con el psicólogo algo va a cambiar en nuestra vida.

“Yo no estoy loco”, ¡pues qué bien! Porque los psicólogos no atendemos locos, si te consideras una persona normal entonces puedes acudir a terapia psicológica.

“Los psicólogos sí que están locos”, si eso crees, pues sólo asegúrate que tu psicólogo no meta su locura al consultorio. El psicólogo no hablará de sí mismo y no te dará ninguna opinión personal jamás, si lo hace, el problema no será su “locura”, sino su falta de ética profesional. Dentro del consultorio se construye un mundo, es el mundo del paciente y solo de él, la ética profesional protege este mundo y no deja que la posible “locura” del terapeuta lo contamine, por eso repito: ¿loquillo?, vale, ¿sin ética? Jamás.

“¿Por qué tengo que contarle mis cosas a un desconocido?” Hay TANTAS respuestas que puedo dar aquí que no sé por cuál empezar... Vamos a ver, ¿que no hacemos eso a diario en el Facebook? ¡Y peor! Porque ahí se queda grabado para siempre.

Además, el psicólogo es un profesional de la escucha, es su trabajo, a eso se dedica, ser un “desconocido” no aplica en su caso y es lo mismo que cuando vamos a decirle al médico que tenemos gripa y nos pregunta por nuestros mocos, ¿por qué tengo que decirle a un desconocido de qué color tengo los mocos? y sin embargo nadie duda para responder.

Y por último, nos preocupamos porque un desconocido sepa nuestras cosas, pero no tenemos reparo en que un desconocido toque con sus manos la comida que nos comeremos sólo porque es el cocinero. Una persona que no conocemos y muchas veces ni siquiera vemos, toca nuestros alimentos con sus manos que él dice haberse lavado, eso quiere decir que si se le desprende un pellejito de las uñas o un bello nos lo comeremos limpiecito, ¡menos mal! Y sin embargo nos encanta comer fuera de casa.

Las excusas son eso, excusas, no son razones reales.

Ir al psicólogo significa que nuestra actual situación va a cambiar y pronto, significa también que tendremos que hacer un esfuerzo por nosotros mismos, significa que tomaremos consciencia total de que así como estamos no estamos bien.

Esas son razones verdaderas para no ir al psicólogo: CAMBIO, HACER ALGO nosotros aunque sea para nuestro beneficio y PENSAR.

Siempre es mejor estar bien pero sin cambiar nada, beneficiarnos pero sin esforzarnos y no pensar... Sobre todo eso de evitar pensar, pensar da mucha flojera.

Pero como vivimos en el planeta Tierra y no en la tierra de la fantasía, pues si no estamos bien y queremos estarlo, tenemos definitivamente que hacer un CAMBIO y ese cambio no viene sin un ESFUERZO.

La ventaja de la terapia psicológica es que el psicólogo te ayudará a PENSAR en el mínimo ESFUERZO que se debe hacer para iniciar ese CAMBIO y luego seguirá acompañándote en el camino hasta que alcances tu OBJETIVO.

Un malestar, inclusive uno que exista desde hace 10 años, puede resolverse en poco tiempo.

La pregunta “¿Para qué ir al psicólogo?” pronto se convertirá en “¿Por qué no fui antes?”.

La terapia psicológica FUNCIONA... Pero eso ya lo sabías.