Los Sueños como Comics
Nuestro inconsciente tiene una característica rara, ¡como casi todo lo que lo define!, Freud descubrió esto: es atemporal, es decir, no tiene tiempo, no hay un ayer ni un mañana, todo lo que nos ha ocurrido está en un “hoy”, o sea que todo está pasando en este momento.
Cuando recordamos algo de nuestra infancia, sabemos que fue hace muchos años, pero también tenemos la sensación, de alguna manera, de que apenas pasó ayer.
No hay un orden cronológico en el inconsciente, todo ocurre en este momento, pero sí que hay un orden, este orden es por intensidad de la emoción, por la carga afectiva, entre mayor carga más importante es el hecho. En otro artículo hablaré un poco más sobre esto.
Cuando dormimos, entramos en terrenos del inconsciente, por eso no percibimos que han pasado 8 horas de sueño, porque en estos terrenos no hay tiempo. El tiempo que percibimos que pasó fue el de nuestros sueños, el “tiempo” que pasó al soñar es el tiempo que percibimos haber estado inconscientes, dormidos.
Claro que no es así, y además, dormimos en ciclos, nuestra mente pasa por varias fases, groso modo pasamos del sueño ligero al profundo al ligero y de nuevo al profundo, unas 4 ó 5 veces por noche, y en cada uno de estos ciclos tenemos un sueño, pero no los recordamos todos al despertar.
De hecho, ocurre que siempre soñamos, pero no siempre lo recordamos, ¿por qué?, bueno el sueño se recuerda cuando se interrumpe, es decir, cuando nos despertamos mientras soñamos.
Cuando nos despierta el despertador es más seguro que recordemos un sueño, porque pasa que timbra mientras soñamos, en cambio cuando dormimos hasta que naturalmente nos despertemos, probablemente no recordemos haber soñado.
Bien, el sueño lo recordamos como una historia, y es común decir al platicarlo “no… espera, eso fue después, porque antes pasó que…”, a veces el sueño está revuelto cronológicamente, algo que normalmente ocurriría después de otra cosa ocurre antes, y no logramos a veces acomodar las escenas en tiempo.
Si recordamos que el inconsciente es atemporal, sin tiempo, es obvio pensar que el sueño también transcurre sin tiempo. En un comic, una historieta ilustrada, cada escena está en un cuadro, y la leemos de izquierda a derecha de arriba hacia abajo y ese es el orden para entenderla. Así es como soñamos, cuadros, escenas, pero mientras se tiene el sueño, todos esos cuadros del comic de nuestro sueño ocupan un solo espacio, todos los cuadros son uno solo y está en movimiento, se transforma, cambia, evoluciona, es dinámico, muta. Todo ocurre al mismo tiempo, no hay más cuadros que nos indiquen que ha pasado una escena y sigue otra, y esto tiene total sentido en terrenos inconscientes, pero sucede que despertamos mientras soñamos, el inconsciente abandona el control y el Yo en el consciente toma de nuevo el “mando” (eso de tomar el mando es un decir, porque el inconsciente siempre está influenciando).
Al pasar a “modo consciente”, lo que había en la mente es traído a la consciencia, ese cuadro del comic del sueño entra ahora en terrenos de la consciencia, y como ahí sí hay tiempo, y no es fácil entender una atemporalidad, entonces se le da sentido, se “desenvuelve”, se “desenrolla”, este cuadro único y se acomoda en una página completa de comic con muchos cuadros, cada uno de una escena, por eso a veces se revuelven las escenas cronológicamente al recordar el sueño, porque originalmente no había un orden y al ordenarlas puede ser que encajen perfectamente bien en dos lugares o en ninguno.
Todo esto ocurre en un segundo. Armamos nuestro comic completo a partir de un cuadro condensado.
Por eso al analizar un sueño se toma por separado cada escena para su análisis, porque en sí pueden tener un significado individual y otro en conjunto.
Nuestra mente es maravillosa y descubrirla es lo más divertido que puede hacerse vestido.