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¿Los psicólogos están locos?

No todos, sólo los buenos.

Los malos psicólogos no suelen estar locos, más bien son tontos, ignorantes o no les importa realmente su profesión, en otras palabras, no siguen una ética profesional, pero de locos no tienen nada.

 

"La Señora Loca de los Gatos" de Los Simpson, ¿sabías que era psicóloga? ¡no es cierto!, era abogada... pero lo creíste, ¿verdad?Los buenos psicólogos sí están algo “locos”, esto dicho en un sentido amplio y común, no es que realmente estén para encerrarlos.

La gente más rara de las universidades son los psicólogos y los comunicólogos, unos por introvertidos y otros por extrovertidos, generalmente hablando.

El buen psicólogo tiene su cuota de locura, de trastorno de algún tipo, pero curiosamente esto viene acompañado también de una alta inteligencia.

La “locura” en el psicólogo no tiene por qué afectarle negativamente, siempre y cuando sepa cuál es, que la tenga bien identificada para no revolverla con los problemas que atiende, y al contrario, esta locura le ayuda a tener una mejor empatía, es decir, a lograr sentir lo que siente el otro.

El psicólogo trastornado (por decirlo así) sabe lo que es tener un trastorno, sabe lo difícil que es para él y lo ridículo que se ve para los demás, lo sabe y por eso mismo no lo juzgará en otros.

¿Quién puede entender y aconsejar mejor a un alcohólico?, ¿una persona que nunca ha tomado alcohol en su vida o un ex alcohólico?

Tampoco se trata de tener todas las locuras para tratar todas las locuras. Pero un alcohólico podrá entender mejor a un adicto a la cocaína, porque a pesar de ser drogas diferentes, al fin y al cabo ambas son adicciones.

Ahora bien, no todos los “locos” que estudian psicología serán buenos psicólogos, en primer lugar tiene que terminar la carrera. Si eres un loco y estudias psicología, cuando te topes con tu “loquera” puede pasarte que te afecte tanto reconocerla que dejes la carrera usando cualquier excusa, puede ser que este abandono sea totalmente inconsciente, es más, casi siempre es inconsciente.

Si eres un “loco” y estudias psicología y sobrevives al estudio, todavía faltará que te dediques a tu carrera. Hay personas que estudian psicología porque se reconocen “locas” y quieren “curarse” a sí mismas, nuevamente, esto se hace consciente o inconscientemente, y por eso al terminar no ejercen su profesión.

Bien, un estudiante “loco” ya se graduó de psicología, y se va a dedicar a dar terapia; para que sea un buen psicólogo no bastará con que esté loco, claro que como ya dije antes, eso le ayudará mucho, pero aún faltará más.

Tiene que vivir más, y con vivir más me refiero a tener nuevas experiencias, no se puede dar terapia de familia si tú no tienes una y no conoces en carne propia lo difícil que es. No puedes dar terapia de pareja si tú mismo no estás casado y no sabes lo complicado que es. ¿Cómo puede un psicólogo lograr la empatía sin una experiencia similar a la de su cliente?, cuando menos remotamente similar.

Además de la experiencia, necesita lograr un punto de equilibrio entre no importarle “las leyes”, “las costumbres”, “los reglamentos”, “el buen comportamiento”, “lo normal” (esto para no juzgar lo que escucha, no ver con malos ojos la conducta de su cliente), y tener una ética intachable.

El psicólogo empieza el tratamiento sin una moral, ésta se la irá construyendo con base en la moral de su cliente. Verá mal lo que el cliente vea mal y verá bien lo que éste vea bien.

Al fin y al cabo no se trata de ajustar al cliente a nuestra idea del bien y el mal, se trata de que él sea feliz bajo sus propios parámetros de felicidad y ajustados en lo que se pueda al bien de la sociedad.

Dentro de esta no-moral con la que empieza el tratamiento y también de la moral que se construye durante, tiene que tener una ética intachable. Esta ética es la piedra angular de la confianza que permite al cliente entablar una relación de terapia.

En otras palabras, el psicólogo debe de ser flexible y firme a la vez. Flexible frente a su cliente y firme con sí mismo, puede estar loco, pero debe de ser firme.

Un psicólogo también debe de ser una persona culta. Entre más cultura tenga mejor podrá entender todo. Algo similar a una persona deportista, si alguien hace un deporte, se le facilitará más practicar cualquier otro, simplemente por tener ya una condición física. La persona culta tiene también ya una condición mental que le permite entender otras cosas más fácilmente.

Por último un psicólogo también debe de ser inteligente, en teoría debe de ser igual o más inteligente que la persona a la que atiende, sobre todo porque muchas personas tratan de manipular o engañar al terapeuta, así como cuando alguien está a dieta para su beneficio, y sin embargo hace “trampa” y come un chocolate por antojo y luego no se lo cuenta a nadie, ¡y luego se sorprende por no bajar de peso!, el terapeuta debe de tener la inteligencia para reconocer esto.

Habrá colegas que no estén de acuerdo, en fin, cada loco con su tema.

Así que resumiendo: loco, con experiencia, ético, culto e inteligente, ese es un buen psicólogo.