La Analogía en Psicoterapia Breve
Esta idea no es nueva, no soy yo el primero en hablar de este tema ni seré el último.
Una de las mejores herramientas que podemos usar durante la terapia es la de explicar la situación actual usando gráficos mentales que el cliente pueda fácilmente ver y comprender.
El simple hecho de poder visualizar la situación actual de manera ordenada, coherente, lógica y totalmente comprensible baja la ansiedad que surge de la confusión de "no saber lo que nos pasa" y es bien sabido que una disminución de la ansiedad siempre es benéfica y ayudará a que el resto de los síntomas derivados de la situación sean más fáciles de tratar.
De hecho, a veces, con eso basta.
Pero esta analogía debe de hacerse de manera correcta, de lo contrario sumará más confusión al problema y algo peor, la idea en el cliente de que su situación es algo tan complicado que ni siquiera un "profesional" puede entenderla.
La analogía es valiosa cuando el psicoterapeuta ha comprendido el problema, y eso se logra después de escuchar atentamente todo cuanto el cliente tenga por contarnos y luego también de hacer las preguntas adecuadas para asegurarnos de que nada queda fuera y de que hemos comprendido perfectamente lo que se nos comunicó.
En una terapia de una hora la sesión de preguntas por parte del psicoterapeuta normalmente inicia pasados los 30 minutos de escucha flotante.
Normalmente ese tiempo es suficiente para explicar, y escuchar, una situación problemática actual. Aunque ¡claro! También depende del psicoterapeuta saber guiar al cliente en este relato para que no se pierda en el ayer y el entonces y se concentre en el hoy y el ahora. Esto es clave en Terapia Breve.
No hace falta mencionarlo, pero lo haré, que durante la escucha se debe de mantener una postura libre de juicios y reflejar los sentimientos que el cliente expresa en cada idea que nos comparte. Si nos cuenta algo triste, podemos sin exagerar mostrar un poco de tristeza, al igual que si dentro de su relato, algo gracioso surge, es adecuado reírnos junto con él para luego tomar su siguiente postura.
Mucho puede aventajarse si logramos una buena conexión gracias al esfuerzo empático que hagamos durante las sesiones.
Las preguntas nos servirán para llenar "huecos" en el relato y comprender aquellas partes del mundo en que el cliente se mueve y que son desconocidas para nosotros.
Cuando tengamos todo el asunto en nuestra mente entonces podremos crear una explicación práctica; de poco sirve intentar desarrollar una analogía desde el comienzo de la sesión ya que en cada aliento del cliente está un posible giro inesperado de la historia. Hay que tener paciencia y esperar hasta el final.
La analogía dependerá de nuestra creatividad, inteligencia y astucia en el grado preciso. Estoy seguro que un psicoanalista ortodoxo podrá fácilmente crear analogías perfectas que nadie, excepto otro psicoanalista ortodoxo podrá comprender, o eso dirá él. Aclaro, no tengo nada en contra de los psicoanalistas, yo mismo quiero considerarme uno, pero muchas veces se complican de más... nos complicamos de más, mejor dicho, lo cual no es ni bueno ni malo... y si le sigo, demostraría a qué me refiero.
Nuestra analogía deberá de estar en el mismo nivel de comprensión de nuestro cliente y deberá de usar, hasta donde sea posible, su propio lenguaje, por eso es tan importante escucharlo y aprenderlo pronto.
Y como lo segundo mejor a la analogía es el ejemplo, pues aquí está uno:
Acude a terapia un matrimonio con 15 años de casados, la esposa fue quien realizó el primer contacto y acude sola a la primera sesión, a partir de la segunda se une el marido.
El problema que manifestaban era que no se ponían de acuerdo en la educación de los hijos, principalmente en el mayor de 14 años y específicamente a la disciplina aplicada.
La esposa se quejaba de que su marido era "demasiado estricto" con los hijos, el marido por su lado se quejaba de que su mujer era "demasiado relajada" con la disciplina y esto les traía problemas como pareja.
La analogía que se les planteó fue la siguiente:
Ustedes como matrimonio son en realidad una sola instancia, son marido y mujer que forman UN matrimonio y por lo tanto ante sus hijos tienen UNA sola voz. Esa voz sale a través de un parlante, de una bocina de la que cada uno de ustedes tiene un control de volumen independiente.
Lo que ocurre es que uno piensa que el volumen de ese parlante no es suficientemente fuerte y entonces le SUBE y el otro piensa que el parlante está muy fuerte y entonces le BAJA, y como el volumen se bajó el otro le sube y como el volumen se subió el otro le baja y cada vez es mayor la diferencia entre sus controles de volumen buscando entre los dos alcanzar un equilibrio. El sonido está totalmente distorsionado y no hay armonía.
Necesitan alcanzar un nuevo equilibrio dando vuelta contraria a sus respectivos controles, el marido puede confiar en que cuando él le baje la mujer le subirá un poco y la mujer puede estar segura de que cuando ella le suba un poco el marido le bajará también un poco.
La pregunta aquí es ¿quién de los dos hará el primer ajuste?
Esta pregunta ya fue desarrollada por otro autor como herramienta de Terapia Breve Sistémica y cierra excelentemente bien esta analogía. (Si no recuerdo mal, fue Steve de Shazer en "Claves para la solución en terapia breve" de la editorial Paidós, 1995. Corríjanme por favor si me equivoco)
No es fácil crear analogías al momento, pero sí he notado que cuando más se comprende la situación es más fácil lograrlo.
También ayuda el tener conocimiento en diversas áreas, por eso el psicólogo debe de ser una persona CULTA, con intereses generales y siempre dispuesto a aprender algo nuevo. Entre más información tengamos más fácil nos será hacer analogías.
Es como para un pintor tener a su alcance distintos colores y pinceles, entre más tenga mejor expresión de su arte podrá hacer en el lienzo.
O como para un cocinero, que de entre más especies y condimentos disponga mejores sabores podrá exaltar de los alimentos.
O como para un niño que juega con bloques de construcción, entre más piezas tenga mejores objetos podrá representar.
Todo eso... y una chispa de creatividad.