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El Psicoanálisis es como el Fuego

Demasiado cerca te quema y demasiado lejos no sirve de nada.

¿Recuerdas la película “Matrix”?, hay una escena en la que Neo, el personaje principal, ve el código de la matrix en todo lo que le rodea, mira el suelo, las paredes y hasta a las otras personas en código, todo negro y con números y símbolos raros en verde.

El fuego muy cerca nos quema y muy lejos no nos calienta.Cuando uno se mete de lleno al psicoanálisis pasa algo similar, comienzas a ver el código del inconsciente en TODO, pero al contrario de Neo, esto no es de ayuda para el psicólogo, ver tanto código te pierde, te separa mucho de la “realidad física” y te vuelves inútil en la práctica.

Hay muchas personas, muchas de ellas psicólogos, que no aprueban o hasta rechazan al psicoanálisis. Tienen razón en mucho de lo que dicen, pero creo que se refieren al psicoanálisis más puro, al psicoanálisis ortodoxo, al psicoanálisis que se pierde en el código de la mente.

Voy a hacer una comparación entre la psicología y la computación:

El lenguaje de las máquinas, de las computadoras, es “1” y “0”, encendido o apagado, es lo que se llama código binario, y es el lenguaje puro, y sobre él están programados los sistemas operativos, como el de la Mac, el Windows, el Linux, etc, y sobre estos sistemas operativos hay software que está escrito usando lenguajes de programación, como el C+, el Visual Basic, el Java, ASP, etc., por ejemplo la mayoría de los juegos para los teléfonos celulares y smartphones están programados en Java.

Nuestra mente tiene un lenguaje básico también y es la Neurología la que estudia el “código binario” del cerebro,  es decir, las neuronas y su funcionamiento. El sistema operativo de nuestra mente es lo que estudia o describe cada una de las teorías psicológicas. Así como existe el Windows, el Linux y el sistema operativo de la Mac, existe la teoría psicoanalítica, la cognitivo-conductual y la teoría sistémica, por ejemplo, y sobre ellas existe “software”, o herramientas y métodos de trabajo que tienen sus funciones. Algunas veces el software existe tanto para un sistema operativo como para otro, por ejemplo, el navegador de internet Firefox tiene su versión Windows y su versión Linux y los dos son prácticamente igualitos. Lo mismo sucede con las herramientas de las teorías psicológicas, hay técnicas que son comunes a ellas.

Así como hay opiniones sobre cuál sistema operativo es mejor también las hay entre las teorías psicológicas y si algo normalmente termina las discusiones de software es esto “prueba todos y usa el que más se te agrade”. Ojalá fuera tan sencillo en la discusión de las teorías.

De la Mac se dice que lo mejor que tiene es su departamento de mercadotecnia, y es cierto, es un buen sistema operativo, pero no es tan maravilloso a como lo presentan y además tiene muchísimos fans de la marca.

El psicoanálisis lo peor que tiene es a sus psicoanalistas. Claro, no todos, pero sí los suficientes como para darle mala fama.

Hace poco estuve viendo un video en Youtube de un psicoanalista, lo tenía dividido en varias partes, ya ves que Youtube te permite sólo 10 minutos de video, y lo estuve viendo con atención y muchas veces me preguntaba a mí mismo “¿de qué demonios está hablando?”. Conozco y reconozco los términos y las ideas a las que se refería, pero aun así se me dificultaba entender de qué hablaba, y ese creo que es uno de los ejemplos típicos, los psicoanalistas se pierden en su discurso, traen de más al inconsciente y hablan de manera caótica, además como que les encanta usar palabras pomposas, palabras “domingueras” dirían en mi ciudad, esas que usamos sólo los domingos en que uno se viste elegante para salir a pasear.

El psicoanálisis te exige ser una persona culta, y creo que muchos se van con la idea de que una persona culta es alguien que habla lento, que reflexiona cada una de sus palabras y usa las más raras para expresar sus ideas, además si logran que nadie les entienda ¡mejor!

Estoy TOTALMENTE de acuerdo con esto que dijo Jaques Lacan (un reconocido psicoanalista) unos pocos años antes de morir:

"Nuestra práctica es una estafa, fanfarronear, hacer pestañear a la gente, deslumbrarla con palabras rebuscadas.... Desde el punto de vista ético es insostenible nuestra profesión; es por eso que me enferma, porque tengo un Superyó como todo el mundo.... De lo que se trata es de saber si Freud es, sí o no, un acontecimiento histórico. Yo creo que fracasó en lo que quería hacer. Le pasó como a mí, en poco tiempo a todo el mundo el psicoanálisis le importará un carajo"

Me llama la atención lo último que dice, que en poco tiempo a todo el mundo el psicoanálisis le importará un carajo”. Eso mismo le pasa a una persona que conozco, antes vestirse bien era primordial, pasaba mucho tiempo eligiendo su ropa, sus trajes, hacía una lista de cómo podía combinar sus corbatas con sus camisas; ahora que ha entrado a la tercera edad “le importa un carajo” cómo se vista, claro, sigue vistiéndose adecuadamente, pero ahora si no combinan bien sus zapatos y su camisa no le importa, si una camisa tiene una manchita de comida que no se pudo quitar como quiera la usa. Creo que es la edad y así lo ha manifestado, ahora hay muchas cosas que no le importan porque “no tienen importancia, prefiero estar tranquilo y en paz.”

Lacan usó ahí una palabra mal sonante, fuerte, una grosería que la traducen al español como “carajo”, en inglés se traduce como “fuck”, o sea que probablemente estaba molesto. Lacán supongo que tenía una visión más global del fenómeno psicoanalista y le molestaba lo que veía. A mí a veces me da risa, pero la verdad es que es para llorar escuchar o leer sobre el comportamiento de algunos psicoanalistas sobre todo en terapia.

“Nuestra práctica es una estafa” dice Lacán. Nada más cierto, porque ¡vaya que hay muchos psicoanalistas que sólo estafan a sus clientes!, porque en realidad no les dan NADA a cambio de su dinero.

Es lo mismo decir sobre la profesión de un político “que su práctica es una estafa”, porque la mayoría la usa para ese fin, pero no todos y ciertamente la política es válida pero muchas veces mal usada.

Ahora, aquí quiero aclarar algo, una cosa es la práctica que se le da a una teoría y otra cosa es la teoría en sí. La teoría psicoanalítica NO es una estafa ni una mentira, claro, hay algunas cosas erróneas que se han corregido y otras que quizá no, como ocurre con muchas otras teorías, pero en general es una buena teoría, explica muchísimas conductas acertadamente.

Volviendo a la comparación con la computación, ¿sabes por qué se encuentran más vulnerabilidades en Windows que en otros sistemas operativos? Pues simplemente porque es el sistema operativo al que más le buscan vulnerabilidades. El que busca encuentra.

El psicoanálisis por ser de las primeras teorías psicológicas y ser en su momento (y quizá ahora también) el más famoso tratamiento le pasa lo que al Windows, es el que todos “aman odiar”.

Hay un dicho en inglés “Dont shoot the messenger”, en español “No dispares (mates) al mensajero”, quiere decir que no culpes a la persona que trae las malas noticias. En el caso del psicoanálisis yo diría “Shoot the messenger”, culpa al mensajero, no al mensaje. Nuevamente digo, el psicoanalista es el malo, no la teoría.

El psicoanálisis durante la terapia debería ser tratado por el psicoanalista como el fuego, tenerlo lo suficientemente cerca como para que logremos “cocinar” con él pero no tanto que nos haga quemarnos en un laberinto de símbolos y representaciones inconscientes sin conexión entendible con la realidad consciente. Sé que esto último sonó rebuscado, pero es sólo por el uso repetido de la palabra “consciente”, no creo estarme contagiando aún de “estafítis psicoanalítica”, si algo busco al escribir es precisamente hacerme entender, porque decía un escritor, que ahora no recuerdo su nombre, que lo difícil es hacerse entender usando pocas palabras, eso demuestra realmente que conoces de lo que estás hablando.

Y sólo por no terminar con esa última frase terminaré con esta: investiga tú mismo, lee, escucha y forma tu propia opinión sobre el tema, si descubres que el psicoanálisis es fraudulento, entonces quizá lo sea, y si no, pues no.

Nota: no quieran robarme esta genial frase final que acabo de escribir, ¡ya la dije yo primero!