El Desencanto del Psicoanálisis
Primero que nada, debo decir que me ENCANTA el psicoanálisis, por eso el título de “Desencanto”, me explicaré en seguida.
El psicoanálisis es el origen de desarrollo de muchas otras teorías y terapias, todas, por cierto, ahora le tiran tierra al psicoanálisis… ¡malagradecidas!
La teoría psicoanalítica es maravillosa, es tan acertada como la teoría de Einstein de la Relatividad General, ambas consiguen explicar “casi” todo en su campo… pero no todo, y ambas sufren ahora el desdén de los científicos contemporáneos (estamos en el 2010).
Ahora hay “mejores” teorías físicas y psicológicas; las teorías físicas han ganado su lugar al explicar y predecir mejor los hechos, es algo difícil de negar y fácil de aceptar, sin embargo los físicos actuales respetan a Einstein, respetan a la Relatividad General y reconocen lo increíble que fue para una persona llegar a desarrollar las fórmulas que Einstein desarrolló, las describen simplemente como “elegantes”.
Pero no pasa así con el psicoanálisis. Sin decir nombres, los psicólogos actuales dicen “esta teoría es mejor porque no necesita el laaaargo tiempo que otras terapias”, o “En esta terapia no nos interesa el pasado, que si cuando era niño pasó esto, ¡eso no importa!, aquí vemos el problema actual, que es lo que trajo a la persona a la terapia” y dicen eso casi con burla.
Muchas terapias no niegan el papel del inconsciente en la vida diaria, simplemente lo ignoran.
Además hay otra razón para no recomendar el psicoanálisis: el costo. Una sola sesión cuesta normalmente $1,500 pesos MXN, aproximadamente $120 USD… ¿es mucho para una sola sesión, no?
Pero además, en el psicoanálisis, se requieren de 5 sesiones por semana, o ya cuando menos 3. Vamos a hacer la multiplicación: $120 USD por 3 sesiones por semana por 4 semanas al mes, igual a $1,440 USD. En México, la mitad de la población (y seguramente más) no gana eso al mes.
Un departamento de lujo en un edificio en mi ciudad es lo que cobra de renta.
Con sólo 3 pacientes un psicoanalista ganaría el equivalente al sueldo de una persona con doctorado en una universidad de prestigio de mi ciudad, y eso trabajando sólo 12 horas al mes.
Quizá haya gente que está acostumbrada a ganar muchísimo más y esto se le haga razonable, pero para mí es ¡RIDÍCULO!, $1,440 USD por 12 horas de trabajo, y un trabajo que consiste en estar sentado en silencio en una cómoda silla y con clima.
Claro, en otro artículo he hablado sobre esto, no es lo mismo la escucha de una persona “normal” a la de un psicólogo, pero también he dicho que muchas veces no se puede diferenciar. Puede pasar que un psicólogo o psicoanalista, para el caso, “escuche” mal, o que ni siquiera escuche y saberlo es muy difícil porque además se justifican si uno los descubre divagando sin poner atención.
Las terapias actuales que ofrecen en 10 sesiones solucionar un problema son válidas, porque de hecho solucionan el problema cumpliendo con el plazo. No cuestan tanto dinero, normalmente es sólo la tercera parte del costo de la sesión de psicoanálisis.
Claro que no profundizan tanto, porque se enfocan en el problema, no tanto en la persona, es decir, claro que atienden a la persona, pero en su relación con el problema. Entender un problema y resolverlo puede tomar 10 sesiones o menos; entender a una persona lleva mucho más tiempo.
Hace poco un psicoanalista me invitó a psicoanalizarme con él, y con una ligereza de tono me dice que “queriendo” puedo destinar $1,440 USD de mi dinero para terapia. Aún la gente con dinero “de sobra” lo pensaría mucho antes de comprometerse a gastar $1,440 USD de su dinero en “terapia”, no por nada tienen tanto dinero, saben cuidarlo.
Los psicoanalistas aquí dirán lo que quieran, interpretarán de la manera que mejor les parezca esto que escribo sobre ellos, pero $1,440 USD es una realidad, no es poco dinero para nadie.
Lacan dijo que a un psicoanalista lo hace su psicoanalizado, es decir, que un psicoanalista lo es por el hecho de ejercer la terapia con sus métodos y herramientas, él desconfiaba un poco de las escuelas de psicoanálisis. Yo desconfío en general de las escuelas, mucho de lo que sé lo he aprendido sólo con libros, ningún maestro, ningún pupitre, ninguna escuela, solo libros y pensamiento crítico. Aclaro, tengo mi título como Licenciado en Psicología, pero sé más sobre psicología por lo que he leído fuera de la escuela que por la propia escuela.
No hay un título oficial de psicoanalista, no existe. Hay diplomas o constancias de haber cursado en tal escuela, pero no hay nada oficial, es decir, una persona que se diga abogado, si no lo es, se mete en problemas legales, con más razón con los médicos, y un arquitecto o ingeniero, si no tienen el título no pueden firmar planos, pero cualquier persona puede llamarse a sí misma psicoanalista y no pasa nada. Las escuelas de psicoanálisis pueden hablar mal de esa persona, pero es todo lo que pueden hacer.
El psicoanálisis es una excelente teoría, pero no evolucionó con las generaciones, con el cambio de cultura, con las necesidades actuales. ¿Es culpa de la teoría?, no, creo que es culpa de quien la ejerce. Lo más cercano a su evolución es la terapia analíticamente orientada, que es un psicoanálisis accesible pero menos profundo.
La ingeniería ha hecho en los últimos tiempos estructuras sorprendentes, rascacielos enormes, edificios inteligentes, y se planean cosas aún más increíbles. Los buenos ingenieros son los que hacen la diferencia, no todos lo son. Hay quien dice que un edificio de medio kilómetro de altura no es posible y hay otros que ya lo construyeron.
Los psicoanalistas deben de evolucionar, hacer más con la teoría, optimizarla, pero sobre todo deben de ser especialistas… especialistas natos. No todo se puede aprender y en esto de entender el alma humana se requiere de talento natural, como el ingeniero que no se pone límites, que le enseñan cómo hacer edificios pero él mismo aprende a hacerlos más altos.
Para terminar, voy a platicar la escena final de la última pelea de Kung Fu Panda.
Po (Kung Fu Panda) después de una larga lucha con Tai Lung (el malo, un leopardo de la nieve), lo toma de un dedo usando sus dedos índice y pulgar y levantando el dedo meñique, Tai Lung le dice:
- ¡La técnica Gu Shu!- Ah, así que la conoces – responde Po.
- Estás mintiendo, Shifu (el maestro de ambos) no te la enseñó. – dice Tai Lung con temor.
- No – le constesta Po – la aprendí solo.
Baja el dedo meñique y desde lejos se ve una especie de explosión de poder que destruye a Tai Lung.
Me encanta esta escena.