¿Somos Dioses? Tercera Conclusión
Ya en mi primera reflexión sobre este tema expliqué el porqué de esta pregunta y además expliqué mi primera conclusión; en mi segunda reflexión llegué a otra conclusión lógica de esta idea.
Para esta tercera conclusión estuve un tiempo reflexionando sobre otra característica que deberíamos de tener si fuéramos dioses, pero no lograba hacer que tuviera sentido, por más que lo pensara sonaba totalmente absurdo… hasta ahora.
Independientemente de la creencia religiosa una característica que comúnmente describe a Dios es que Él es TODOPODEROSO. ¿Eres tú todopoderoso?, me queda claro que cuando menos yo no.
Sólo Dios es todopoderoso, pero luego resulta que en la Biblia, Dios, siendo todopoderoso, se limita a hacer trucos sencillos como encender un arbusto sin que se consuma, embarazar mujeres sin que las haya tocado un varón (bueno, eso dijeron ellas), matar al primer hijo de cada familia egipcia en una sola noche, ahogar a soldados, matar a una mujer y sus hijos para ganarle una apuesta al Diablo sobre la lealtad del marido y padre de familia, etc. así, puras cosas nobles, dignas de un dios compasivo.
Y es que si comparamos embarazar a una mujer sin haberla penetrado con crear un universo cuyo tamaño nuestra mente no puede llegar a comprender, lleno de estrellas, planetas y vida en ellos pues resulta muy disparejo… yo no puedo crear un universo, pero todos hemos sabido de alguna mujer que se embarazó sin saber cómo, o eso dice ella, eso no es raro.
Así que cuando menos el Dios de la Biblia no es tan todopoderoso como se esperaría, porque su poder se limita a cosas que, para empezar, están dentro de nuestro pequeño planeta y dentro de nuestro limitado tiempo. Creo que para que la Biblia y el Dios que describe tengan sentido el universo debe de limitarse sólo a un continente de nuestro planeta y debe de haber un pueblo que de verdad sean ellos y solo ellos los hijos de Dios, todos los demás humanos son porquería; sólo así la Biblia tiene sentido, pero ese es otro tema.
Volviendo al tema: ¿Somos dioses? Si queremos responder que sí, entonces deberíamos de ser, cuando menos, tan todopoderosos como el Dios de la Biblia. ¿Lo somos?
Pues resulta que sí.
Voy a contar un cuento:
Un leñador llevó a sus 3 hijos al bosque y les dijo “Usando todas sus fuerzas, quiero que cada uno suba uno de esos tres troncos a la carreta”. Los dos hijos mayores, con mucho esfuerzo, subieron el tronco que les correspondía, pero el menor no podía más que levantar un poco el tronco que le tocó.
- ¿Qué pasa, por qué no has hecho lo que te pedí? – le preguntó su padre.
- No puedo levantarlo, pesa mucho – Respondió el niño.
- ¿Haz usado toda tu fuerza?
- Sí y sólo consigo levantarlo un poco.
- No veo que realmente hayas usado toda tu fuerza, ¿le pediste ayuda a tus hermanos? ellos son parte de tu fuerza, pídeles que te ayuden y entonces sí estarás usando toda tu fuerza.
Las hormigas comprenden este cuento a la perfección.
“Si eres Dios, mueve una montaña”, podría decir alguien, y tiene razón, yo no puedo, sin embargo hay un dicho muy jocoso de los ingenieros civiles: “La fe no mueve montañas, los ingenieros civiles sí”.
¿No significó acaso la construcción de una pirámide el mover una montaña? Ciertamente podemos mover montañas, pero necesitamos ser muchos y tener el mismo objetivo para lograrlo.
Y esta es mi conclusión: Somos todopoderosos, pero siendo todos nosotros parte de un solo Dios no tenemos todo el poder como individuos, si cada uno de nosotros fuera individualmente todopoderoso entonces habría muchos dioses y eso no es lo que sucede.
Todos formamos parte de un solo Dios, Dios es nosotros, pero nosotros individualmente no somos Dios, así como tú cabello es parte de ti, pero tu cabello solo no eres tú, a pesar de tener dentro, en el ADN, toda la información que te compone.
¿Cómo dice el proverbio chino? “Si quieres llegar pronto, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
Los grandes proyectos, aquellos que son tan pesados que sólo consigues levantarlos un poco, no los realices solo, pide ayuda a tus hermanos que somos todos, siempre habrá un buen pedazo de Dios dispuesto a ayudar.
Como individuos tenemos solamente el poder de controlarnos a nosotros mismos, y muchas veces ni eso usamos, pero como grupo organizado seremos siempre más fuertes, y cuando realicemos algo todos juntos, seremos juntos todopoderosos.