¿Somos Dioses? Quinta Conclusión
- ¿Y por qué usted no se ha casado, Don Ramiro?
- ¿Para qué me caso Jacinta? Tengo dos hermanas que me cuidan, me hacen de comer, me lavan mi ropa y me miman y apapachan.
- Pues sí, Don Ramiro, pero sus hermanas no pueden darle lo que usted como hombre necesita.
- ¿Y quién le dijo a usted que eran hermanas mías?
En Génesis 1:27 leemos: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Si interpretamos este versículo junto con el mito de Lilith, concluimos que Dios creó al hombre siendo una criatura única pero dual, “varón y hembra los creó”, justamente a su imagen y semejanza, es decir, un SER, sin condición de hembra o varón sino ambos al mismo tiempo.
Encontramos la misma idea en el mito de la creación mexica, con Ometéotl quien es el dios de la dualidad, Señor y Señora de la Creación.
Que Dios sea un SER sin género o bien hombre/mujer en uno solo tiene más sentido a pensar que es un hombre o una mujer, encaja más con el sentido común, ya que asignarle un sexo sería limitarlo.
Se le llama “Dios Padre”, pero de igual manera en muchas culturas veneran la figura de la “Madre de Dios” o el “Dios Madre”.
Se relaciona al Sol con el “Padre” y a la Tierra con la “Madre” y ambos son necesarios para nuestra vida. No podemos separar ambas figuras de manera aislada, siempre estarán relacionadas simbióticamente respecto a nosotros.
Dios es UNO, creó al hombre como SER siendo UNO que después separó en dos géneros.
Si somos Dioses, entonces debemos ser UNO de nuevo.
El hombre y la mujer son seres humanos, pero cuando son UNO entre los dos, cuando como dice en Génesis 2-24 “son una sola carne”, entonces son Dios.
Este hilo de pensamiento nos lleva a concluir algo: entendemos que Dios creó al ser humano con barro a su imagen y semejanza, este barro tiene una naturaleza única que puede dividirse en DOS complementarias que al sumarse de nuevo regresan al UNO. Es como una plastilina VERDE que luego separó en AMARILLO y AZUL, es decir, mujer y hombre, siendo así, para regresar al estado original de divinidad deberíamos mezclar un amarillo y un azul, dos azules no nos dará el VERDE como no lo harán dos amarillos.
Los fanáticos bíblicos estarían muy contentos con esta analogía que les permite seguir siendo homofóbicos.
He buscado mucho en mi mente otra analogía que me permita establecer que dos azules o dos amarillos pueden crear un verde, es decir, que dos iguales de una misma parte pueden formar de nuevo el TODO, quizá si dijera que Dios creó al ser humano con cierta cantidad de barro que luego dividió en dos partes de igual masa y que al fin lo que importa para regresar al estado divino original es tener la misma masa original y por lo tanto dos hombres o dos mujeres que estén unidos son dioses al igual que un hombre y una mujer siendo una sola carne… pero al estirar esta explicación siempre se rompe, no me suena lógica, elegante, sencilla y natural.
No encuentro manera de concluir que somos Dioses al volver a ser UNO con nuestra pareja utilizando un mito de la creación tan antiguo y extendido en varias culturas y que no excluya como consecuencia lógica a los homosexuales… así que haré otra cosa:
Leeré Marcos 2-27 “El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado”.
Jesucristo dijo esto a unos fariseos cuando lo criticaron por arrancar espigas en el día de descanso. Podemos aplicarlo para las Sagradas Escrituras también, cuando el hombre es para las escrituras, corre la sangre, pero cuando las escrituras son para el hombre, entonces se crea Luz.
He aquí un cuento que explica mejor lo que quiero decir:
Se acercó un hombre sabio a Buda y le dijo: «Las cosas que tú enseñas, señor, no se encuentran en las Santas Escrituras».
«Entonces, ponlas tú en las Escrituras», replicó Buda.
Tras una embarazosa pausa, el hombre siguió diciendo: «¿Me permitiría sugerirle, señor, que algunas de las cosas que vos enseñáis contradicen las Santas Escrituras?».
«Entonces, enmienda las Escrituras», contestó Buda.
Tomemos Génesis 2-24 “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”, esto lo interpreto como que dejará el espermatozoide a su padre y el óvulo a su madre y se unirán y serán una sola carne, creando así un solo ser.
Al ser concebidos pasamos por el proceso inverso, de DOS nos hicimos UNO, ahora como hombres y mujeres buscamos nuestro complemento para unirnos a él y formar UNO siendo nosotros DOS.
Hombre y mujer, hombre y hombre o mujer y mujer, cuando están unidos en una sola carne sienten lo mismo, porque las sensaciones no están en el otro, están en uno, por eso lo aseguro.
Somos Dioses cuando nos unimos en cuerpo y alma con otra persona, cuando logramos diluirnos en el “otro”, cuando nuestro YO desaparece y aparece el NOSOTROS unidos siendo nuevamente UNO y eso es precisamente lo que hace al UNO: la unión de DOS.
Y no es sólo sexo, un 5% aproximadamente es espiritual, pero debe lograrse el 100% completo para regresar al estado de divinidad.
Es difícil lograrlo siempre, en todo momento de manera continua, pero sí existen esos momentos en que te sientes tan unido a tu pareja y tu pareja tan unida a ti, que TÚ dejas de existir, juntos forman UNO y es entonces cuando siendo Dioses, probamos la DIVINIDAD.