Skip to main content

La Religión como cura para el Alcoholísmo

No estoy seguro de si estoy diciendo lo obvio o no, pero una de las tres formas de vencer al alcoholismo es la religión.

Las otras dos populares son Alcohólicos Anónimos y el Miedo.

Empiezo de atrás hacia adelante: el miedo es una fuerza muy poderosa, es capaz de hacernos hacer lo que sea, hasta el acto más valiente.

La reconciliación con "Dios Padre" disuelve la fuente del alcoholimo.Si un alcohólico sufre un accidente en el que él u otras personas estuvieron a punto de morir o quedar seriamente dañadas puede ser motivo suficiente para que decida dejar de beber, cuando menos por un muy buen tiempo y si toma de nuevo lo más seguro es que lo haga moderadamente. Esta forma de dejar la bebida no es lo más común, pero a veces ocurre.

La siguiente forma es la más conocida: Alcohólicos Anónimos. Esta organización es buena, ayuda a las personas con alcoholismo a dejar de beber dando apoyo emocional y buscando dar razones para dejar de hacerlo, ya sea cosas malas que evitarán o cosas buenas que tendrán. El problema es que no atienden debidamente la causa del alcoholismo, quizá en las pláticas se mencione, pero se confunde con muchas otras posibles causas o no se le da la importancia. Esto aplica similarmente para los centros de ayuda contra adicciones en general, aunque me refiero exclusivamente a la ayuda prestada al alcohólico.

La religión es una de las mejores formas de dejar de beber, y sirve también para algunos casos de drogadicción como con la cocaína.

Funciona simplemente porque atiende la causa principal del alcoholismo. Claro que también la religión tiene algunas consecuencias quizá un poco molestas, pero nada comparado con las consecuencias del alcoholismo.

Cabe hacer una aclaración, el alcohólico debe de salir del alcoholismo igual que como entró: por voluntad propia. El alcoholismo empezó como un acto voluntario, nadie amenazó a la persona para que tomara y siguiera haciéndolo. Con el tiempo se pudo volver un problema de adicción física, pero se sale igual que como se entra: con voluntad.

El alcohólico debe abrazar la Iglesia por voluntad propia, no se vale que vaya a misa y no crea en lo que ahí se dice. Y puede ser cualquier Iglesia, cualquier religión, aunque me parece que la cristiana es la más efectiva para este fin.

Ahora bien, pasa algo curioso, el alcohólico tendrá menos dificultad para aceptar la religión que cualquier otro que no sea alcohólico, sobre todo el que ha tocado fondo, ya que en ese momento lo más seguro es que no le queden amigos, familia que esté cerca de él, un buen trabajo, etc. y es en ese momento cuando cualquiera, alcohólico o no, voltea a ver a Dios.

Conforme pase el tiempo y la persona integre a Dios en su vida irá dejando de beber alcohol. No tiene que hacer ningún esfuerzo, esto se irá dando solo.

La religión funciona por una simple razón, como ya dije antes atiende directamente la causa del alcoholismo, y ésta quizá es demasiado simple: un problema con el papá.

El alcohólico bebe como una forma de revelarse a su padre, o quizá como una forma de dañarlo dañándose a sí mismo y que su papá sufra por esto, o bien porque tiene tan introyectado (metido en su mente) a su papá que dañarse a sí mismo es equivalente a dañarlo a él.

Si el papá ya ha muerto esto se empeora, porque la relación con él ya no podrá cambiar por medio de la interacción real y seguirá igual de mal.

Por eso la religión es tan efectiva, porque reconcilia la relación con el papá, con el Padre Dios.

Dios funciona como reemplazo del papá, de hecho eso es y ha sido, por eso se le llama Padre Dios y por eso son sus hijos y entre ellos se llaman hermanos.

La religión es una oportunidad que tiene el alcohólico para resolver los problemas con su papá, que ahora es reemplazado por Dios en su inconsciente, y como sabemos Dios es bueno, Dios perdona, Dios nunca nos deja solos, Dios tiene lo que el alcohólico necesitó de su papá.

Y además no cuesta y la sociedad lo ve con buenos ojos.