Dios vs. Santa Claus
Discutir la existencia de Dios es algo inútil, los agnósticos sabemos que existe, no sabemos cómo es pero existe, lo que sí sabemos es que no es como lo describe la Biblia, como una especie de ser más parecido a una persona con sentimientos de inseguridad que necesita que le recuerden que él es todopoderoso y que lo alaben; la gente religiosa tampoco pone en duda su existencia, sea como sea, así que estamos de acuerdo.
Aquí no discutiré la existencia de Dios, lo que quiero discutir es la existencia de Santa Claus teniendo como base la misma que sustenta la existencia de Dios.
Santa Claus, o como también se le conoce: Santa Clós o San Nicolás, es ese viejito bonachón que vive en el Polo Norte con un montón de duendes que fabrican juguetes y que en navidad visita la casa de los niños para llevarles lo que ellos le pidieron en una carta. Los niños dejan a veces un vaso con leche y galletas para él.
¿Cómo sabemos de la existencia de Santa Claus? Pues porque nuestros papás nos lo enseñaron, igual que Dios. Nadie conoce a Dios si no es porque alguien más se lo enseña, esas historias de niños que no conocían a Jesucristo y que supuestamente se les aparece y que luego ellos ven un crucifijo y lo reconocen como el "amigo" que les habló y tranquilizó en medio de un problema son FALSAS. Son bonitas las historias, conmovedoras, pero estúpidas también. Hay que usar el don del sentido común, ese nos lo dio Dios y muchos lo rechazan... ofendiéndolo por no recibir este regalo.
En fin, sigamos con lo de Santa Claus. Nuestros padres nos hablan de Santa Claus, nos dicen dónde vive... que para el caso es en un lugar al que no podemos ir, igual que Dios, él vive en el Cielo y ahí, por el momento, no podemos ir.
Nos dicen que vive con un montón de duendes que trabajan para él, igual que Dios tiene a un montón de ángeles que trabajan para Él.
Santa Claus no envejece, igual que Dios.
Santa Claus puede visitar todas las casas de todos los niños del mundo en una sola noche, ¿no es esto algo milagroso?, igual que los milagros que hace Dios.
Uno puede hablar con Santa Claus, pero él no responde nunca, igual que Dios.
Para hablar con Santa Claus le escribimos una carta y luego la amarramos a un globo con helio y la dejamos ir, o también podemos encontrar algunas veces buzones cómodamente instalados en algunas jugueterías. Para hablar con Dios basta con pensar... porque Él escucha nuestros pensamientos, pero también tiene sucursales, las iglesias son lugares donde podemos encender una vela para enviarle un mensaje.
A Santa Claus no podemos verlo, para que visite las casas los niños deben de estar dormidos y por lo tanto no lo pueden ver, igual que Dios, que no se puede ver.
Millones de niños en el mundo creen en Santa Claus y millones más de adultos dicen (cuando menos a los niños) que también creen en él, igual que Dios que tiene millones de creyentes.
Santa Claus tiene muchas películas en donde se muestra su vida, igual que Dios, en donde es representado por actores.
Santa Claus puede entrar por las chimeneas más angostas y si no hay chimenea en la casa pues también puede entrar, usando magia, igual que Dios.
Santa Claus juzga si te portaste bien o mal y te premia con juguetes si te portaste bien o te castiga dándote sólo un carbón si te portaste mal, igual que Dios, pero el carbón Dios te lo da encendido y en gran cantidad.
Santa Claus tiene representantes en las ciudades, son esos que se visten como él y saludan a la gente en las plazas comerciales, igual que Dios, se visten también con ropas curiosas y saludan a la gente en las iglesias y templos.
Pero hay algo que Santa Claus tiene a su favor para demostrar su existencia y que Dios definitivamente NO tiene: EVIDENCIAS.
No hay evidencias reales de que Dios exista, pero de Santa Claus ¡hay MUCHAS!
Dios te "hace milagros", hace que sucedan cosas que posiblemente de cualquier forma pasarían, creyeras en Él o no, pero Santa Claus trae juguetes, eso es innegable, podemos verlos bajo el árbol de navidad en la mañana del 25 de diciembre, ¿quién más los pudo haber dejado ahí y con qué intención?
Cuando se le deja a Santa Claus un vaso con leche y galletas por la noche del 24 de diciembre, a la mañana siguiente el vaso está vacío y de las galletas quedan sólo las migajas, nuevamente ¿quién más pudo tomar la leche y comer las galletas?, ¡sólo Santa Claus!
Además, los juguetes que nos trae son ¡exactamente los que le pedimos!, es decir que efectivamente leyó la carta que le enviamos en el globo con helio.
¡Es más!, en la navidad del 2010 pudimos seguir el recorrido de Santa Claus por el mundo desde Google Earth, ¡Google lo publicó!, debe de ser cierta su existencia.
Durante todo diciembre se pueden ver imágenes de Santa Claus en todas las jugueterías, lo pasan en los comerciales de televisión y todo el mundo habla de él, ¿va a resultar que todos mienten?, ¿o que todos están equivocados al afirmar su existencia?, ¡no seamos ridículos!, tanta gente no puede estar equivocada.
Santa Claus existe, eso está más que demostrado, cuando menos desde el punto de vista infantil... ¿hasta cuándo los adultos dejaremos de ser infantiles respecto a la existencia de Dios?