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Con la ayuda de Dios… o de una Buena Mujer

Dicen que todo se puede lograr con la ayuda de Dios… por supuesto, pero quiero agregar que también con la ayuda de una buena mujer todo es posible.

Después de todo Dios no tiene en realidad nada en contra de las mujeres, la pelea del hombre y Dios es entre el hombre, no la mujer, y Dios.

Si la Mujer conmigo, ¿quién contra mi?El pecado original lo cargamos los hombres, no las mujeres. Dios le dio la orden a Adán de no comerse el fruto prohibido, aunque no se especifica cuál es.

El fruto prohibido se representa tradicionalmente con una manzana, pero bien podría ser una papaya… específicamente la papaya de Eva, su vagina.

Eva probablemente se la ofreció a Adán, tal como cuenta el Génesis, porque le dio tentación la víbora, se le antojó pues, pero es Adán el que desobedece la orden, es él quien no cumple “la ley del Padre” y ésta es, primordialmente, no tocar a las mujeres ya que todas le pertenecen al padre.

Adán cometió el pecado original, que es precisamente de los más importantes: no matarás. Adán mató a su padre para poder poseer a sus mujeres, siendo aquí Adán una representación de los primeros hombres en la Tierra. Las mujeres no tienen nada que ver con esto, aquí el enojado es Dios Padre y el culpable es Adán hijo.

Si estamos bien con Dios, si de alguna manera hacemos las paces con él y logramos que esté de nuestro lado, entonces dicen que nada puede detenerte.

Siendo las mujeres una creación también de Dios y no habiendo caído en desgracia, como caímos los hombres, ellas están más cerca del Cielo.

Si tenemos a una mujer de nuestra parte, una buena mujer, entonces nada podrá detenernos. Una buena mujer que nos apoye, nos escuche y nos motive es lo más valioso que Dios puede darnos y jamás podríamos llegar a pagarle ese favor.

Aquí en la Tierra podemos experimentar estar en presencia de Dios por unos momentos, cuando tenemos un magnífico orgasmo… y casualmente estamos junto a una mujer.

Y lo mismo aplica para los homosexuales, ya que al no desear a una mujer no cargan con el pecado original que es, como he dicho antes, matar al Padre para poseer a sus mujeres… a menos que Dios sea puto.

Hay que tener mucho cuidado al hablar de Dios, porque alguien terminará mal. El Dios de la Biblia no es un Dios para todos, la psicología sí. Acércate a un psicólogo y deja que sea Dios el que se acerque a ti.

Ya lo decía Jesús “Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, no revuelvas las cosas, el espíritu lo calma Dios, pero para el alma, es decir la mente, es mejor un tratamiento psicológico.

Los psicólogos pueden ir a misa, pero no dan la misa, pueden leer la Biblia, pero no enseñarla en la consulta.

Ten cuidado al guiar tu vida con la Biblia, es letra muerta y tu palabra está viva. Confía en tu pensamiento, en tus decisiones, en tus ideas, si te equivocas podrás corregirte, pero si guías tu vida con la Biblia no podrás JAMAS corregirte si te descubres equivocado porque sería contrariar a ese libro “sagrado” y eso está prohibido.

Lee la Biblia, es un libro interesante y trae muy buenos consejos, pero como con cualquier texto, este mismo por supuesto, no lo tomes como la verdad absoluta. Lee, analiza y decide si te sirve o no la información que adquiriste, tu pensamiento vivo vale más que cualquier texto muerto.

Y por cierto, regresando al título de este escrito, si quieres usar algo como guía para tu vida, usa la opinión de una mujer, una buena mujer.