Ser Coherente
Se considera bueno ser una persona coherente, pero ser coherente no tiene nada que ver con la moral hacia el afuera, es decir, lo bueno o malos como somos percibidos por los demás, ser coherente está más relacionado con la moral hacia adentro, la que está relacionada con nuestra consciencia personal.
Hitler era una persona coherente, él creía que los alemanes merecían y necesitaban más territorio e hizo todo lo que su consciencia personal le indicó que debía hacer por el bien de su gente; creía que las enfermedades mentales debían de desaparecer y por eso esterilizaban a los deficientes mentales… ¡es algo horrible! Pero definitivamente es también algo TOTALMENTE coherente con ese pensamiento, no es la mejor opción a seguir si pensáramos como él, pero repito, es coherente.
Por otro lado, y disculpen la comparativa, el Papa Juan Pablo II NO era una persona coherente, se hacía ver como “todo bueno” y protegía a los sacerdotes pederastas, hizo “Santo” a un personaje de ficción sólo porque así convenía a los intereses económicos del Vaticano, me refiero a “San Juan Diego”, aquél indio de la Nueva España al que disque se le apareció la “Virgen de Guadalupe”.
Así que les di ya dos ejemplos: Hitler y Juan Pablo II, uno calificado por la historia como muy malo y otro calificado por la historia como muy bueno… y recordemos que la historia la hacen los ganadores.
Pero el asunto es que el primero es coherente y el segundo no… y eso me lleva al segundo punto: no se puede ser 100% coherente.
Hitler se “daba a su pueblo”, pero también como canciller evadía impuestos, eso no es ser coherente. Y Juan Pablo II, bueno, cuando era Karol Wojtyla, era actor y así luchó de joven contra el comunismo, manteniendo la identidad de su pueblo con obras de teatro, eso sí es ser coherente.
Se puede mentir a los demás y ser coherente, porque para ser coherente basta con no mentirse uno mismo… claro que si uno no se miente a sí mismo difícilmente mentirá a los demás.
Ser coherente de verdad es una meta que solo los iluminados han alcanzado, pero no por ser difícil de llegar no debemos de dejar de intentarlo.
De hecho, por salud mental debemos de procurar ser coherentes, pero no siempre se puede, de ahí la fuente de algunas enfermedades mentales.
En nuestro inconsciente, según nos cuenta Freud, queremos tener a nuestra madre o padre (según seamos hombres o mujeres) como nuestra pareja, eso evidentemente no se puede, pero nuestra mente busca la congruencia, así que hace lo más cercano y eso es buscar a alguien que se le parezca, alguien que tenga las características con las que más identificamos a nuestra madre o padre.
El inconsciente está “re-loco” y busca hacer sus locuras en el mundo real, para vivir sanos y felices hay que dejarlo ser, hay que ser coherentes, en lo que se pueda, con sus deseos.
Si tenemos gustos sádicos no hay nada más hermoso que encontrar a alguien con gustos masoquistas, ¡hasta se me salen las lágrimas nada más de pensarlo!
Hago un paréntesis: Decía el masoquista “¡Pégame, pégame por favor!” y el sádico con una expresión diabólica le dice “Nooooo”.
Regresando al tema.
No todos los deseos de nuestro inconsciente se deben cumplir al pie de la letra para estar sanos, basta con que sea satisfecho de alguna manera, pongo un ejemplo: nuestro inconsciente quiere sexo pero pues no se puede, entonces le damos ejercicio, unos 2 o 3 kilómetros corriendo ¡y listo! Obtiene su actividad física y satisfacción.
Hasta aquí he tocado dos puntos: en el primero hablo de la congruencia vista en los actos, en lo que la gente ve, en el segundo hablo de la congruencia de nuestra mente, lo que ni siquiera nosotros vemos a veces, quiero por último exponer un tercer punto, me refiero al punto donde se une la congruencia que los demás ven con la que nosotros nos exigimos.
Por ejemplo, un político puede ser una persona que tiene la idea de hacerse de mucho, MUCHO dinero para él y su familia y actúa coherentemente buscando puestos en gobierno que le permitan robar, pero para lograr esos puestos tiene que verse coherente ante los votantes.
Obviamente él dirá que es honorable y honrado, puro y sin mancha y tiene que actuar, en apariencia, de esa manera ante los ojos de todos, pero cuando nadie ve es cuando se mete los billetes al bolsillo y así está siendo coherente ante su consciencia… digo, de alguna manera se disculpa a sí mismo y se justifica el robar.
Si tu interés es ser una persona iluminada entonces no puedes ser coherente de dos formas que son incoherentes entre sí, y lo digo no porque yo lo sea, sino porque es lógico, ¿no?
La mejor manera de ser coherente no es actuar como pensamos, porque de hecho todos pensamos muy bien pero muchos actuamos mal. Lo mejor… lo más coherente, es pensar como actuamos, en otras palabras, educar a nuestra propia mente como lo deberíamos hacer con los niños, con el ejemplo.
No digas y trates de hacer porque no siempre se puede, mejor di lo que ya has hecho y entonces serás coherente.