¿Por qué existe gente estúpida?
No es una pregunta soberbia, todos alguna vez nos la hemos hecho, hasta el más humilde y hasta el más estúpido, pensando en los demás, por supuesto.
Pues “aclarando nos amanece”, así que de una vez lo digo: No hay gente estúpida.
Por más que lo parezca, por más que te topes estúpidos por la calle… no lo son.
¿Quiénes son “el prójimo”? todos menos uno, ¿cierto?, pues de igual manera si creemos que hay mucha gente estúpida, lo más seguro es que todos ellos, cuando tienen ese pensamiento, nos incluyan en su montón. No hay remedio, si creemos que hay mucha gente estúpida, nosotros seremos parte de ellos.
Y si somos sinceros con nosotros mismos podremos reconocerlo. Estimado lector, no me negará que cuando menos alguna vez en su vida no se ha dicho a sí mismo “¡ah qué estúpido estoy!”, todos lo hemos hecho y ese es el asunto del que hablo.
¿Ser estúpido funciona como ser asesino? Es decir, con una vez que alguien mate a otra persona será para siempre un asesino; si cometo una vez una estupidez ¿seré para siempre un estúpido?
Querríamos pensar que no y que esa es la diferencia entre nosotros los inteligentes y el resto de la gente estúpida, nosotros hacemos una estupidez muy de vez en cuando, y ellos hasta parece que les pagan por hacer estupideces.
De hecho, esa es precisamente la diferencia, la regularidad con la que se hacen estupideces, porque todos tenemos la perfecta capacidad de hacerlas, TODOS.
No porque una persona haga una estupidez tras otra vamos a considerarlo un estúpido, será un necio en todo caso, un inconsciente por no darse cuenta de la estupidez que está a punto de cometer, pero jamás un estúpido.
No hay personas estúpidas, porque estúpidos somos todos y si todos lo somos es como si nadie lo fuera.
Lo que sí hay son personas propensas a cometer estupideces, y esto no es sólo una cuestión de semántica, no digo esto sólo por usar un eufemismo, esto es algo más profundo.
Si dejamos de pensar en alguien como “estúpido” y lo vemos como un semejante que al igual que nosotros comete estupideces, ya estaremos quitando una etiqueta que al que más daño hace es a nosotros mismos, porque esa etiqueta es un punto ciego en la percepción que tenemos de esa persona. Dejamos de verla y vemos su etiqueta.
Las etiquetas no cambian, las personas sí, aunque se tarden.
Ahora, una cosa muy distinta, pero que en apariencia va de la mano, es el nivel de inteligencia. Como psicólogo que trabaja con test de inteligencia se los aclaro, son indicativos y sirven para muchas cosas, pero no se pueden tomar como una realidad absoluta.
La gente inteligente también comete errores que pueden ser calificados como estupidez.
Es la experiencia y la costumbre la que muchas veces nos hace cometer estupideces.
Trabajaba hace mucho en una empresa que organizaba eventos, teníamos una feria tipo kermese por hacer y estaba colocando los juegos de destreza con un compañero.
Teníamos que instalarle las patas a una tabla de 2x2 metros, de esas que llevan globos pegados y el jugador tiene que reventarlos con un dardo, en fin, para poder ponerle las patas cómodamente decidimos acostar la mesa sobre un bote de basura de tambo, esos contenedores pesados de metal.
Resulta que al darle los golpes necesarios para que las patas se ajustaran, se desprendió el marco de la tabla y cayó al suelo, de manera que quedó ese marco sobre el suelo, el tambo en medio y la tabla arriba del tambo.
Decidimos levantar el marco del suelo, pero estaba el tambo en medio que lo impedía, así que pensamos levantar el tambo para pasar por debajo el marco y sacarlo. Después de un par de intentos no pudimos levantarlo, las razones que vimos eran que el tambo estaba muy pesado y que la tabla sobre el tambo nos estorbaba para poder sujetarlo bien y levantarlo.
Entonces pensamos quitar la tabla de encima del tambo, así podríamos más fácilmente y sin tanto peso, levantar el tambo y sacar por debajo el marco.
¡Eso fue un éxito! Quitamos la tabla que estaba sobre el tambo, levanté yo el tambo y mi compañero sacó el marco por debajo del tambo.
Después de 5 segundos de estar orgullosos por haberlo logrado mi compañero se acerca con el marco todavía en sus manos y lo deja caer al suelo por encima del tambo quedando en la misma posición en la que estaba y dijo “que estúpidos, ya quitando la tabla de encima pudimos haberlo sacado por arriba sin tener que levantar el tambo”.
Ambos somos inteligentes, lo sé porque mientras estudiaba él fue mi conejillo de indias para aprender a poner los test de inteligencia e igualmente me los aplicaron a mí, y sin embargo cualquiera que nos hubiera visto hubiera pensado “¡qué par de estúpidos!”.
Todos cometemos estupideces, algunos tienen la suerte de que nadie los ve, pero eso no cambia las cosas.
Ya no pienses en los demás como estúpidos, piensa que son personas como cualquier otra que cometen estupideces. Dales y date a ti mismo la oportunidad de reconocer que no siempre hacen estupideces, a veces hasta el que consideremos el más estúpido puede sorprendernos con una chispa de brillantez.
Un pequeño cambio de visión como este puede hacer una gran diferencia en cualquier ambiente.
No hay gente estúpida, hay gente que comete estupideces y tú y yo formamos parte de ellos.
Dale una oportunidad a las personas que consideras estúpidas, deja de verlas así, quizá te sorprendan y algo les podrás aprender… cuando menos aprenderás a no cometer la misma estupidez que ellos hicieron y eso hay que agradecerlo.