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La Verdad frente a nuestros ojos

Ahí está, todo el tiempo manifestándose, pero no la vemos porque tendemos a distraernos con cualquier cosa, ¡inclusive nos distraemos con la misma Verdad!

Y nadie puede señalárnosla porque aun así no la veríamos, debemos descubrirla nosotros mismos.

Voy a parafrasear un cuento de Anthony de Mello que decía:

-        Maestro, ¿qué significa eso de que, aunque lo tengamos enfrente, no lo vemos?

El maestro siguió sirviendo el té sin responder, después de un par de minutos, el discípulo preguntó de nuevo, y el Maestro respondió:

-        ¡Ah sí!, eso significa que no lo vemos, aunque lo tengamos enfrente…

Voy a intentar exponer este punto con algunos ejemplos:

Oculta ante nuestros ojosHace muchísimos años, cuando yo tenía 16 años, fui a mi primer velorio, eso me hizo cuestionarme algunas ideas de la religión, así que esa misma noche fui a tres iglesias católicas diferentes para hablar con el sacerdote y preguntarle por el destino de las personas que jamás conocieron la fe católica, mi pregunta era algo así “¿Qué pasa al morir con las personas que nunca fueron bautizadas, nunca se confesaron y nunca comulgaron pero porque nunca conocieron la religión católica?, ¿están en el infierno?”

Dos de las respuestas fueron muy simples “Todos tienen la oportunidad de conocer y ejercer la fe católica”, a lo que yo les decía “sí, pero qué tal alguien que vive en algún lugar donde no existen iglesias ni nadie que le enseñe la religión”, y sinceramente no recuerdo lo que me contestaron.

Pero la respuesta que no olvido es la que me dio un sacerdote ya viejo, y ese es mi ejemplo aquí, me dijo “cada quién está en la libertad de creer lo que quiera”, y nuevamente dije ““sí, pero qué tal alguien que vive en algún lugar donde no existen iglesias ni nadie que le enseñe la religión” y volvió a decirme lo mismo “cada quién está en la libertad de creer lo que quiera”.

Cerca de 25 años después, mientras platicaba esta anécdota me di cuenta de la respuesta de este sacerdote, y sé que muchos (o todos lo que me lean) pensarán que era obvio, pero esto es precisamente de lo que estoy hablando, que existen cosas que, aunque son obvias, no las tomamos así. En fin, la respuesta del sacerdote no se refería a que la gente del mundo tenía la libertad de creer o no, él se refería ¡A MÍ!, me estaba diciendo que YO TENÍA LA LIBERTAD DE CREER LO QUE QUISIERA, en otras palabras, me estaba mandando a la chingada.

Este primer ejemplo es muy estúpido, muy simple, pero ahí les va otro:

Cuando se dice que “Dios es nuestro Padre”, estamos literalmente diciendo eso, que Dios es NUESTRO PADRE, y no uno en general, sino el papá de cada uno, me refiero, estimado lector, a su respetable padre y no al de nadie más.

Freud, en su obra “Tótem y Tabú”, explica que usando lo que él llama “Psicoanálisis Arqueológico”, descubre el origen del Tótem, es decir, de las primeras representaciones de una figura divina.

Para resumir, resulta que el hombre mata a su padre para poder tener a su mujer, luego lo convierte en una figura sagrada y le rinde adoración.

Eso es parte del contenido de nuestro “inconsciente colectivo”, es decir, de las ideas primitivas aún presentes en nuestra mente humana.

Por lo tanto, Dios es la imagen real y directa de nuestro papá.

Otro ejemplo más: ¿han visto que algunos hombres, cuando ven a una mujer con buen cuerpo, le llaman “mamacita”? Creo que ya saben por dónde voy, sí, efectivamente, para ellos esa mujer es la imagen de su madre que inconscientemente desean poseer. Lo mismo aplica para las mujeres que llaman a los hombres “papacitos”.

“Comerte a besos” significa realmente que deseamos tanto a esa persona que queremos hacerla permanentemente parte de nosotros al devorarla. Es una expresión algo psicótica.

Y esto es sólo con las palabras, pero existen hechos y situaciones que no reconocemos como lo que son, aunque nos piquen los ojos.

Es evidente, por ejemplo, que las MUJERES son PROBLEMAS, si quieres tener más problemas, ten más mujeres; sin embargo, hay quienes no lo ven así.

Comúnmente descubrimos la Verdad en retrospectiva, es decir, recordando la situación es que vemos lo que antes estuvo oculto a nuestros ojos. Lo interesante sería lograr ver la Verdad “en tiempo real”.

En la película “El Significado de la Vida”, de Monty Phyton, al discutir ese punto, dice un personaje “Son dos puntos fundamentales, el primero es que el hombre no usa suficientes sombreros, y el segundo es que la materia es energía. En el Universo hay muchos campos energéticos que normalmente no podemos percibir. Algunas energías son de origen espiritual que actúan sobre el alma de una persona, sin embargo, esta alma no existe desde el principio, como lo enseña el cristianismo ortodoxo, sino que debe llevarse a su existencia mediante un proceso guiado de auto observación. Sin embargo esto es raramente cumplido, debido a la peculiar habilidad del hombre de distraerse de los asuntos espirituales por las trivialidades del día a día.”
En seguida otro personaje pregunta “¿Cómo era eso de los sombreros?”.

La Verdad está frente a nuestros ojos, sólo necesitamos verla, tan sencillo o tan complicado como eso. Y cada uno debe de descubrirla por sí mismo.

Definitivamente yo no la he descubierto, no estoy presumiendo de ello, pero a veces puedo ver pequeños destellos, y les paso mi “truco” para lograrlo: tomen las cosas LITERALMENTE.

Ahora, también a veces ocurre algo más, que la verdad la tenemos frente a nuestros ojos, y realmente la vemos, pero preferimos ignorarla.

Cada quien a su tiempo, si consciente o inconscientemente ignoramos la verdad es porque seguramente no podemos con la verdad en el momento actual.

No podemos forzarnos a la Verdad, nos podría hacer más daño que bien.

Todo a su tiempo, pero si la reconoces la Verdad, no la ignores, no te engañes a ti mismo, podría doler aceptar la Verdad, o mejor dicho, podría doler NO aceptar la Verdad, pero si se te ha hecho evidente, si la has podido ver, es que ha llegado su momento, es que eres suficientemente fuerte para asumirla.

-        Papá – dijo el niño de 7 años – ¡quiero conocer al perrito nuevo del vecino!

-        El vecino no tiene mascotas, hijito – respondió el padre.

-        ¡Claro que sí! Ayer por la noche escuché desde mi ventana que le daba de comer, le decía “¡trágatela toda, perra!”

El niño ignora la Verdad del hecho, no está preparado para reconocerla, cuando crezca y recuerde esto lo comprenderá. Mientras, porque nosotros sí la reconocemos nos reímos.

Dicen que cuando Buda alcanzó la Iluminación soltó una sonora carcajada. Creo entender que la Iluminación se alcanza cuando se reconoce la Verdad y se ACEPTA.

Podemos pasar la vida ignorando la Verdad o buscándola constantemente, obviamente es más sencillo simplemente ignorarla, ser felices con la mentira consoladora, por ejemplo, es más fácil creer en Santa Clós, es más placentero… pero cuando crecemos no podemos dejar de ver la Verdad, no existe y eso si no se acepta, duele, pero cuando lo aceptamos podemos, incluso, convertirnos nosotros en Santa Clós.

Son ejemplos estúpidos, lo sé, pero prefiero sólo dar una pequeña indicación y que el lector lo deduzca por sí mismo.

Busca constantemente la Verdad, analiza porqué haces lo que haces, porqué otros te hacen lo que te hacen (o eso crees que te hacen), duda de todo, cuestiónalo todo.

“La Verdad os hará libres”, el problema es que nos hemos construido unas jaulas muy cómodas.