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Amigos y Enemigos

Alguna vez escuché que la amistad es una calle de dos vías, creo que eso es incorrecto.
La amistad es una calle de una sola vía.

Uno puede pavimentar esa calle hacia una persona que apreciemos por cualquier razón, es decir, podemos considerarnos como amigo de esa persona, pero no necesariamente esa persona se considerará a su vez amigo nuestro, y así es como debe funcionar.

La amistad, siendo un acto de amor, debe de ser desinteresada, ¿es realmente amistad cuando la otorgamos a cambio de otra cosa, inclusive a cambio de amistad?


Un pollito huía de un zorro, pasó corriendo debajo de una vaca cuando ésta estaba defecando y quedó cubierto de mierda pero oculto del zorro. Cuando el zorro estaba por darlo como perdido el pollito sacó su cabeza de la mierda diciendo "pío", el zorro lo sacó, lo lavó y se lo comió. Moralejas: 1.- No todo el que te echa mierda es tu enemigo, 2.- No todo el que te saca de la mierda es tu amigo, 3.- Cuando estés cubierto de mierda, no digas ni pillo. Si nos consideramos amigo de alguien seguramente haremos algo bueno por esa persona por el simple hecho de que esté bien, de eso se trata la amistad, y con eso habremos construido esa calle de un sentido que lleva nuestro aprecio.

Si esa persona, de quien somos amigo, a su vez le caemos bien y hace algo bueno por nosotros entonces estará pavimentando otra calle independiente de amistad de él hacia nosotros, y así tendremos la fortuna de que nos haya elegido como su amigo.

Tendremos dos calles que comunican amistad en ambos sentidos, pero seguirán siendo dos calles independientes.

Quizá ocurra que por un malentendido nuestro amigo destruya la vía de su amistad hacia nosotros, pero nosotros comprendiendo la situación y sabiendo del error nos mantenemos considerándonos amigo de esa persona; nuestra calle de amistad sigue intacta y funcionando aún cuando la de el otro ya no exista. Por eso repito: la amistad es una vía de un sentido, funciona siendo única sin necesidad de un retorno.

Uno puede escoger de quién será amigo, a quien le dará su sonrisa franca, pero las sonrisas que veamos hacia nosotros no dependen de uno, y es que lógicamente si uno escoge a quien darle su amistad, los otros también deciden si nos la darán.

En pocas palabras, uno NO elige a sus amigos, los amigos lo eligen a uno.

Por eso creo que después de “muchas gracias”, “te amo” y “hola papá”, las palabras que más cobijan el corazón son “considérame tu amigo”; es un regalo increíble y casi siempre inesperado.

¿Y qué ocurre con los enemigos?

Ahí sí es diferente, porque lo que ocurre en este caso es que uno SÍ elige a sus enemigos.
Podemos caerle mal a alguien por el simple hecho de ser como somos, puede ser que le recordemos inconscientemente a alguien y que por esa causa no somos santo de su devoción, o también puede que seamos exactamente lo que el otro es y niega de sí mismo y por eso nos rechaza, da igual, el asunto es que le caemos en la punta del nabo. ¿Eso en que nos afecta? La verdad, en nada. Eso es su problema y no nuestro.

Pero si esa persona por el simple hecho de tener la punta del nabo muy delicada actúa en contra de nosotros, entonces nos considerará como su enemigo, pero nuevamente, eso es cosa de él, no es asunto nuestro las reacciones que tenga por las rozaduras de la punta su triste nabo, inclusive si nos mete el pie al caminar, aun así seguirá siendo siendo su problema y no nuestro, porque mientras yo no lo considere mi enemigo, ese pie que intentó hacerme tropezar lo podré ver como un recordatorio de que debo fijarme por donde camino, no sea que caiga en un pozo.

Por otro lado, si yo considero a alguien como mi enemigo, será como el dicho de “hasta lo que no te comes te hace daño”, porque no importa lo que esa persona haga, si lo veo como mi enemigo todo lo que haga, aún estornudar, será para joderme.

El enemigo que se deja ver, si eres realmente inteligente, será tu mejor amigo, porque gracias a él podrás crecer, gracias a sus críticas podrás mejorar, gracias a sus ataques te harás más fuerte.
Cuídate del enemigo oculto, de ese que desconoces y cuídate más del falso amigo, porque ese es el enemigo que más daño puede hacerte... Y sin embargo, si un falso amigo te daña, será tu culpa, por no reconocerlo a tiempo.

Escuché hace poco decir “la vida, a los 40 años, te da la oportunidad de saber quiénes son tus verdaderos amigos”, creo que es cierto, pero eso no quiere decir que los de menos de cuarenta estén perdidos, para eso están los consejos de los padres, pero siendo adolescentes no los escuchamos, estamos mensos y no tenemos experiencia, a los 40 al contrario ya tenemos experiencia y esa nos hace conscientes de que seguimos mensos y es mejor andarse con cuidado.

Una vez me dijeron en un empleo “cuídate, porque aquí hay enemigos internos”, ¡cuánta razón tenía esa persona! A los dos días lo comprobé, supe que quien me lo dijo intentó “meterme el pie” el mismo día que me hizo esa advertencia.

Pero eso no es mi problema, es de esa persona únicamente.

Si ya reconocí que para esa persona yo soy su enemigo, entonces después del inevitable “¿y yo qué chingados le hice para que me vea así? Ah sí, ya me acordé...” Viene el recibir todo cuanto haga como si viniera de un amigo sincero... Mucho muy sincero.

Por el contrario, el enemigo que tú mismo escoges te destruirá y probablemente sin ser consciente de ello, ya que cada ataque que le hagas te dañará a ti mismo en realidad.

Por eso no consideres a nadie como enemigo, en todo caso puedes verlo como contrincante, lo cual es similar pero sin involucrar un odio o aversión, lo que sentimos por un contrincante es respeto y eso no cambia aún cuando le hemos vencido, y cuando las circunstancias que nos enfrentaban cambian, también cambia ese estatus y puede ser ahora nuestro aliado... O quizá hasta nuestro amigo.

El enemigo que te elige te hará mejorar, igual que lo hace un amigo, siempre y cuando sepas que para él tú eres su enemigo. Agradécele, porque tú mejoras a cambio de su autodestrucción.
Los amigos lo eligen a uno pero uno elige a sus enemigos.

Cuida a tus amigos, protégete de no tener enemigos y agradece a los que te consideran su enemigo, pues se están sacrificando por tu crecimiento.