Te Enamoras de lo que Ves
En la película de “Silence of the Lamps” (El Silencio de los Corderos como se llamó en España o “El Silencio de los Inocentes” como se llamó en México), el Dr. Hannibal Lecter le dice a Clarice esta frase “Te enamoras de lo que ves”, refiriéndose a que al asesino le gustaba lo que vio durante mucho tiempo en casa de su vecina.
Como ya he dicho antes, en las películas hay mucho conocimiento válido que puede aprovecharse.
Es totalmente cierto, uno se enamora de lo que ve. Por eso si queremos enamorar a una mujer es necesario que pasemos mucho tiempo con ella, que nos vea mucho, ya sea a nosotros o a nuestra imagen representada en un ramo de flores que tendrá junto a ella todo el día, o a una pulsera o algo así que le haga recordarnos cada vez que la vea, es decir, que traiga nuestra imagen a su mente y nos vea en su pensamiento.
Las agencias de coches también de alguna manera saben esto, por eso te permiten manejar un carro de ellos, para que te enamores por estarlo viendo por fuera y por dentro.
Toda la publicidad está basada en este principio. Los publicistas saben que un producto se venderá más si es visto más tiempo. Por eso se anuncian en televisión, y luego también pagan por anuncios panorámicos en la calle, y luego también en posters en los camiones, etc. La idea es que el producto se vea y mucho.
Este principio es aprovechado principalmente para las ventas, funciona también para las conquistas románticas, pero desgraciadamente también funciona para mal, es el caso del hombre y la mujer que trabajan en una oficina juntos, hay muchas posibilidades de que tarde o temprano terminen enamorados uno de otro en un típico romance de oficina.
El “ejecutivo casado y su secretaria”, hasta parece cliché, o quizá lo sea, y es que es tan típico que hasta existen muchos chistes del tema. ¿Por qué?, porque te enamoras de lo que ves, el ejecutivo ve todo el día a su secretaria, convive con ella, y ella igual con él. Casados o no esto ocurre.
¿Están condenados todos los empleados de una oficina a terminar como parejas entre ellos?
Sí. ¡Jajaja!, es broma, la respuesta es “no”. El enamoramiento no tiene que llevar necesariamente a una relación, no es lo mismo estar enamorado de alguien y amarlo, y menos desearlo sexualmente, aunque de repente sí se confundan las cosas.
El enamoramiento entre los miembros de una oficina es bastante probable que se dé, pero ya depende de la voluntad de cada uno el no creerse de verdad este enamoramiento, porque es falso. El enamoramiento de un noviazgo al de una oficina es algo diferente, o digamos que es una variación de lo mismo. En el noviazgo normalmente se da un flashazo, es decir, un “amor a primera vista”, hubo algo en la persona que le hizo desearla, luego por pasar tiempo juntos se da el enamoramiento. En las oficinas es al revés, primero se pasa tiempo juntos y entonces viene el enamoramiento sin que exista un flashazo.
El enamoramiento de oficina es falso porque no hubo ese “click”, no hay una conexión inicial entre los inconscientes, no hubo esa identificación de la persona deseada con la imagen interna de la persona deseada (la figura materna o paterna según sea el género), se enamora por el simple hecho de ver a la persona todos los días.
Sabiendo esto es más fácil ignorar el sentimiento de enamoramiento. Además, una persona con principios, moral y voluntad suficiente no caería en esta trampa, no engañaría a su esposa(o) sólo por sentir que está “enamorado(a)”, se aguantaría como los VERDADEROS machos y sería fiel como lo prometió y como se espera de él (ella).
Por eso es peligroso que eso de que la pareja de uno trabaje muy de cerca con alguien de diferente sexo, involuntariamente se enamorará, y si se la cree puede caer en la trampa.
Dije que había chistes sobre este tema del ejecutivo y su secretaria, aquí va uno del Sr. Polo Polo:
Un Licenciado se fue con su secretaria a un congreso a las playas de Puerto Vallarta, no había ya habitaciones en los hoteles y tuvieron que compartir una, con camas separadas, por supuesto. El Licenciado muy decente le dice a ella:
- Bueno, señorita, pues, ni modo, vamos a dormir en el mismo cuarto, que duerma bien.
La secretaria quería acostarse con su jefe y pensaba cómo podría hacerle para que esto sucediera.
- Licenciado… - le dice ella.
- Sí… - responde él.
- ¿Ya nos vamos a dormir, verdad?
- Sí, hace ya mucho sueño.
- Mmmm… oiga Licenciado, ¿hace mucho frío, no?
- Sí… mucho frío, esta época es muy fría en Vallarta (con todo sarcástico, porque siendo playa hace mucho calor).
- Oiga Licenciado, ¿por qué no apaga el aire acondicionado?
- Señorita… – responde él con voz sensual – le gustaría a usted, por esta noche, ¿hacer el papel de la señora Domínguez?
- Sí - responde ella con falsa timidez.
- ¡Pues levántese hija de la chingada y apéguelo usted!
Esos son machos y las mujeres no me dejarán mentir y en esto de ser machos la opinión de la mujer es la que importa.