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¿Nacemos con un “Alma Gemela”?

Nunca me han gustado los textos que tienen una pregunta como título y la respuesta la dejan hasta el final, así que: NO, es ridículo que nazcamos con un alma gemela… PERO…

Ese “PERO” sí lo dejará para más adelante, porque primero quiero justificar de alguna manera mi respuesta.

myrna elmoTenemos como humanos miles de años en el planeta y hemos sido muchísimos… quien crea en las almas gemelas tendría que pensar que dos personas que se complementan nacieron en la misma época, lo cual ya es muy difícil, pero todavía tendrían que haber nacido más o menos en la misma área geográfica, porque, de otra manera, si uno nace en México y el otro en Corea del Norte, difícilmente se conocerían, y si por alguna coincidencia se conocen, difícilmente congeniarían por la diferencia de cultura… y sin embargo estoy seguro que algún romántico dirá que se han dado casos, pero esas son excepciones.

Si de verdad queremos pensar románticamente la idea del “Alma Gemela”, deberíamos de creer que muchísima gente la encuentra, que la mayoría, o cuando menos la mitad… es más, ya cuando menos que la cuarta parte de las parejas se encontraron siendo “almas gemelas”, y eso es decir mucho… y no ocurre, difícilmente te casas con tu “alma gemela”… porque así como hay excepciones de parejas que se encuentran con su “alma gemela” en otro país, también los hay de parejas que todos, principalmente ellos mismos, pensaban que eran almas gemelas… y terminaron separados.

El mundo es pequeño, pero el tiempo es largo, es mucha casualidad que nazcan dos “almas gemelas” en la misma área y en el mismo tiempo aproximado, sería forzar mucho la teoría.

No, definitivamente NO nacemos teniendo un “alma gemela” en alguna parte, no tiene caso perder el tiempo tratando de encontrarla, porque no la encontraremos.

PERO… ahora sí, aquí viene el “pero”: si es cierto que NO NACEMOS con un “alma gemela”, tampoco es falso que sí existan. Las almas gemelas sí existen (¿notaron que ya no usé las comillas?).

No nacemos con un “alma gemela” en alguna parte del mundo, pero sí podemos llegar a tenerla… y la ventaja es que no depende de la casualidad ni de la suerte el que nuestra pareja sea nuestra alma gemela, depende de nosotros mismos, y eso es ¡mucho mejor!

El alma gemela no nace, al alma gemela SE HACE.

Con el tiempo, con paciencia, con amor, con más paciencia, con cariño y cuidado, con todavía más paciencia, con atención y presencia, es decir, pasando tiempo juntos, otra vez con más paciencia, con comunicación, con perdón, con saber olvidar… con más paciencia aún, en fin… como piedra de río, que llega a ser redonda con el paso del tiempo al estar constantemente chocando por el correr del agua… a las piedras de afuera no les pasa eso, su forma no cambia, las del río, se hacen semejantes por estar dentro del río juntas.

Tú y tu pareja pueden ser almas gemelas, pero eso tendrán que descubrirlo, o mejor dicho, eso tendrán que crearlo, tendrán que descubrir si son capaces de formarse, de cambiar, de amoldarse mutuamente.

¿Sabes por qué se les llama almas gemelas?

Cuando vemos a dos gemelos los vemos “iguales”, ¿no? eso quizá nos haga pensar que las almas gemelas lo son porque son “iguales”, las parejas que son almas gemelas deberían tener los mismos gustos, les deberían de gustar las mismas películas, la misma comida, los mismos lugares; suena lógico, si son almas gemelas, a los dos les encantaría lo mismo, y por eso serían tan felices juntos, porque no discutirían a dónde salir un domingo o qué película ver.

¡Ah! Pero no es así. Eso no es lo que define a almas gemelas, eso es lo que define a unos buenos amigos, porque en ese caso, la mayoría de los hombres tendrían varias “almas gemelas” … y serían otros hombres, sus amigos… sus mejores amigos, porque es más fácil compartir el gusto de la comida, cine y lugares para emborracharse con amigos que con nuestra pareja.

Mi alma gemela lo es porque cuando la veo, me veo a mí mismo, como en un espejo; después de un tiempo, a fuerza de estar juntos de verdad, como piedras de río, nos pulimos y podemos reflejar al otro.

No comparto todos los gustos de mi pareja, pero sé que es mi alma gemela, porque mi alma gemela me muestra quién soy yo en realidad, cuando estoy con ella, me encuentro a mí mismo.

¿Te gusta la idea de tener un alma gemela? No la encontrarás, pero con el tiempo, podrás llegar a serlo, hay que trabajar en ello, que no es fácil, pero sí que es posible.

Y tú… ¿tienes un alma gemela?

Dedicado a Myrna, mi alma gemela, en nuestro decimo quinto año de matrimonio.