Frustración en los Dedos Entrelazados
Este bit de conocimiento puede servirle a cualquier persona, pero los vendedores serían los más beneficiados. Es algo realmente muy sencillo.
Cuando una persona tiene los dedos de sus manos entrelazados es una señal de frustración.
Si al hablar con alguien tiene los dedos entrelazados podemos estar casi seguros de que hay algo que quiere hacer y no puede, muchas veces es decirte algo y se lo está aguantando, otras veces puede ser que tenga ganas de ir al baño o simplemente no quiere hablar contigo, quiere alejarse de donde está o de ti.
Si durante una entrevista o plática ves que tu interlocutor tiene los dedos de sus manos entrelazados, lo mejor es que hagas una pausa de cualquier cosa que estés haciendo y le preguntes “¿hay algo que quieras decirme?”, casi con seguridad que habrá algo o quizá diga que no y siga con los dedos entrelazados, ahí probablemente quiera ir al baño y simplemente le da vergüenza decírtelo.
Un gesto similar es cruzar los tobillos, este gesto tiene prácticamente el mismo significado que el de entrelazar los dedos.
Si la persona, después de que le diste la oportunidad de sacar su frustración, diciéndote algo o haciendo algo, deja de tener los dedos entrelazados pues entonces puedes estar seguro que eso era lo que le pasaba; si lo sigue haciendo entonces hay o es otra cosa.
Si hay confianza entre ustedes podrás preguntarle directamente “¿quieres ir al baño?, veo que hay algo que quieres hacer y no lo haces”, muchas veces será exactamente eso.
En el caso de una situación de venta, el vendedor al notar este gesto podrá seguir hablando para no perder el hilo de su discurso, pero deberá hacer pausas largas entre cada línea para darle la oportunidad a su prospecto de decir lo que quiera decir, quizá es una duda que tiene y no ha encontrado el momento de preguntar, por lo que al terminar la línea actual del discurso podrá decir “¿alguna duda?, ¿hay algo que quiera preguntarme?”
Este gesto de los dedos entrelazados no deberá jamás de espejearse, este gesto es una alerta y deberá de atenderse para que el prospecto se sienta a gusto, sin ninguna frustración.
El motivo de frustración puede ser muy variado, el prospecto puede tener un dolor en su cuerpo, puede tener hambre o sed, puede, como ya mencioné, querer ir al baño, tirarse un pedo o hacer cualquier cosa menos escucharte, así que si después de darle la oportunidad de explicar su frustración sigue con ésta lo mejor es sacar otra cita si es posible y terminar ya la reunión y dejar el cierre de venta para otra ocasión en la que el prospecto esté más relajado.