¿Qué hacemos con las herramientas?
Al iniciarnos en la masonería, el Venerable Maestro nos entrega tres cosas: un Mandil, símbolo del trabajo por su uso, y de la pureza por su blancura; un Martillo para abatir los vicios en el yunque de la razón; y una regla para que nunca nos separemos de la línea inflexible del deber.
Suele pasar que con el tiempo nos olvidamos de estas herramientas, y más nos olvidamos de su significado… ¡ah! Pero eso sí, no nos olvidamos de la Columna de enfrente, la del Sur, y queremos estar ya en ella. Si tan sólo supiéramos que nuestra Columna de Aprendices es en realidad la mejor, no nos preocuparíamos tanto por subir de grado.
Y es la mejor por dos razones, primero: porque es donde nos encontramos actualmente y el momento presente siempre es el mejor. Y segundo: porque es la base de todo conocimiento masónico, la base que nunca abandonamos y a donde muy seguido regresamos cuando necesitamos un soporte fuerte para enfrentar las vicisitudes de la vida.
En el día de nuestro nacimiento masónico recibimos un Mandil, el cual tiene muchos significados, pero si debemos usar una sola palabra, ésta sería “TRABAJO”.
El Martillo de igual manera nos significa varias ideas, es una herramienta que tiene muchos usos como golpear, clavar, labrar, devastar, forjar, machacar, remachar, etc; representa la FUERZA de ese primer escalón del Aprendiz, y nos enseña que, para ser útil como herramienta, efectivamente se requiere de emplear la Fuerza, pero de manera controlada, con intención inteligente, en una sola palabra: “VOLUNTAD”.
Y por último la REGLA, que al igual que el día tiene 24 horas, nuestra herramienta posee 24 pulgadas, las cuales se dividen en tres partes de 8, mostrándonos el equilibrio que debemos de tener en nuestra vida, dedicando 8 horas al estudio y trabajo, 8 horas a la familia y esparcimiento y 8 horas al descanso. También sirve para dibujar líneas rectas, que literalmente nos enseña eso: a seguir el camino de la rectitud en todas nuestras actividades. Resumiéndolo, en una palabra, la Regla nos enseña el “ORDEN”.
Hemos ya recordado las valiosas herramientas que fueron puestas en nuestras manos… y ¿qué hemos hecho con ellas?
El Mandil lo portamos en cada Tenida, pero simbólicamente no debemos de quitárnoslo, el TRABAJO de labrar nuestra Piedra Bruta es algo permanente, aunque a veces lo olvidamos.
Cuando tenemos puesto nuestro Mandil, ¿no nos sentimos acaso como “virtuosos”? aunque realmente nos falte mucho para serlo, el hecho de portarlo nos da orgullo, nos hace caminar con la frente en alto. Pero… ¿y fuera del Templo?
¿No tenemos la mayoría de nosotros, dos o tres veces por semana (cuando menos), un comportamiento, digamos, no muy elevado? En nuestra vida profana con tanta gente difícil que hay, no es fácil conservar la calma, no es fácil no juzgar, no condenar, al contrario, es muy fácil enojarse y actuar ruinmente.
Me pregunto… si se nos permitiera portar el Mandil físicamente en todo momento y en todo lugar, ¿actuaríamos igual? Por eso la importancia de entender que SIMBÓLICAMENTE lo traemos SIEMPRE con nosotros.
Trabajar en nosotros mismos es una labor continua, de 24/7.
¿Y cómo trabajamos en nosotros mismos? Pues usando las Herramientas que se nos dan en el primer grado.
Vamos a usar el MARTILLO y la REGLA, que son las únicas herramientas que de momento tenemos como aprendices, probablemente en otros grados se nos den otras, pero para correr hay que saber caminar… caminar es la base de todo trabajo.
Sabemos que tenemos FUERZA, eso nos la da el MARTILLO, pero la FUERZA sin control destruye en lugar de construir, debemos de aprender a usar el MARTILLO, debemos de aprender a usar nuestra fuerza… nuestra FUERZA DE VOLUNTAD.
Si aprendemos esto primero, todo lo que siga será más fácil: con Fuerza de Voluntad TODO es posible.
Y como todo lo bien hecho lleva un proceso, también nosotros debemos de seguir un ORDEN en nuestro trabajo personal, y para eso utilizaremos la REGLA, porque si descuidamos nuestro descanso pronto enfermaremos, si descuidamos a nuestra familia pronto la perderemos y si descuidamos nuestro trabajo entonces caeremos en los vicios.
ORDEN, EQUILIBRIO y RECTITUD nos enseña la REGLA; de la pulgada 1 sigue la 2 y luego la 3.
Paso a paso, sin brincarnos, sin hacer trampa, así se llega correctamente a la meta.
Tenemos entonces tres objetos: Mandil, Martillo y Regla, los cuales son inútiles si no están en nuestras manos, si no les damos uso de nada sirven y de nada servimos nosotros sin ellos.
Necesitamos TRABAJO, VOLUNTAD y ORDEN para conservar la salud física y mental y también para lograr los objetivos de nuestra vida. TRABAJO, VOLUNTAD y ORDEN son los cimientos de la obra que estamos construyendo en nosotros mismos.
Hoy somos Aprendices, pero no importa el grado que lleguemos a tener, hay que conservar siempre a la mano nuestro MARTILLO y nuestra REGLA, o como dicen en Oriente, ser ETERNOS APRENDICES; ¿y el MANDIL? Siempre puesto en nuestro espíritu.