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Mis dos iniciaciones

Me inicié como Masón hace apenas un par de meses, aunque en cierto sentido creo que siempre fui un Masón de grado 0, si es que eso existiera, ya que desde hace muchos años me considero un hombre libre y de buenas costumbres, sin dogmas y presto a ayudar a quien lo necesite.

"Soy masón, porque mis hermanos me reconocen como tal"Sin embargo, como he escuchado mucho, una cosa es que uno entre a la masonería y otra muy distinta que la masonería entre en uno y creo que esto se da de dos maneras, la primera es de forma consciente, es decir, asistiendo a logia, escuchando, participando y sobre todo estudiando todo lo que uno pueda de la naturaleza creada por Dios y sobre todo de la naturaleza del hombre, principalmente de uno mismo.

La segunda manera en que la masonería entra en uno es de forma inconsciente, es decir, asistiendo a logia, escuchando, participando y sobre todo estudiando todo lo que uno pueda de la naturaleza creada por Dios y sobre todo de la naturaleza del hombre, principalmente de uno mismo... ¿sonó a que es lo mismo? Pues no lo es.

De manera consciente uno hace todo lo que ya mencioné, pero de manera inconsciente uno hace eso mismo... pero luego reflexiona, mastica las ideas... ¿o no es eso lo que hacemos en la masticación? Digerimos las ideas para que formen parte de nosotros... y al igual que en la digestión fisiológica aprovechamos lo que nos nutre.

Es común que reconozcamos una característica propia cuando alguien más nos la reconoce, sales de la universidad y la primera vez que te dicen "licenciado" te la crees de verdad, la primera vez que te grita una mujer en la calle "papacito", te miras y dices "pues es que sí estoy bien bueno"; lo mismo me ocurrió cuando teniendo poco tiempo de haberme iniciado asistí a una tenida blanca de aniversario de la Gran Logia de Nuevo León, es decir, una sesión en donde pueden estar personas que no son masones o como les llamamos "profanos", el Venerable Gran Maestro hizo pasar el saco de beneficencia diciendo "sólo se pasará el saco a los hermanos masones", estando yo rodeado de profanos sentí sus miradas reconociéndome como masón al colaborar con el saco de beneficencia.

Y nuevamente lo mismo ocurrió en mi primera participación en una iniciación, sentí un compromiso mayor con la masonería y mis hermanos, pues estaba siendo yo parte de lo primero que un nuevo masón observa cuando se le otorga la luz, esa es la importancia que pesa sobre mi comportamiento y actitud.

Mi iniciación como masón, la primera que he vivido, la mía propia, la viví con suspenso principalmente, emoción y alegría claro, pero incertidumbre sobre lo que ocurriría al siguiente minuto, fue una experiencia que recuerdo muy bien, pero se recuerda a obscuras.

La segunda, donde auxilié a los Maestros Masones a iniciar a nuevos hermanos la recuerdo mejor, porque ya había luz en ella, podía entender de mejor manera el significado de cada etapa por la que yo mismo pasé no hace mucho tiempo.

Escuché con atención cada palabra que se dijo y creo que las comprendí de otro modo a cuando se me dijeron por primera vez, porque no solo las escuché, sino que yo mismo las repetía en mi mente como si yo las pronunciara y con esta nueva comprensión reafirmé igualmente cada juramento.

A mis nuevos hermanos quiero decirles "felicidades", si están aquí es porque son hombres libres y de buenas costumbres y sabe Dios que eso no es fácil de lograr. También quiero decirles "gracias", porque ustedes me han permitido vivir una experiencia significativa como masón.

En mi iniciación como masón, la primera que viví, dije "soy masón porque me he iniciado como masón".

En su iniciación como masones, la segunda que viví, dije "soy masón porque mis hermanos me reconocen como tal".