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¿Dios creó al hombre o el hombre creó a Dios?

Definitivamente, sin lugar a dudas y con toda seguridad: Dios creó al Hombre.

Pero primero debo definir lo que es Dios, y como el Dios que es UNO es indefinible, lo mejor que puedo hacer es definirlo por lo que NO es.

No es un señor de bata y barba blanca que está en las nubes observándonos, no es una paloma y tampoco es una persona que probablemente vivió hace muchos años y murió en una cruz.

No es un “ente” o “ser” que todo lo sabe y todo lo ve y que le gusta que lo alabemos.

No es cualquier cosa que se nos ocurra en la mente, no es cualquier imagen, figura o cosa en la que pensemos.

Anthony de Mello, sacerdote jesuita, explica que la Creación es la danza de Dios y que, si observamos con atención, quizá podamos descubrir en ella al Danzante.

¿De quién es realmente la Imagen y Semejanza?El ser humano fue creado después de aproximadamente 13 mil millones de años desde el Big Bang, el tiempo aquí no importa, lo que importa es que el hombre fue creado mucho tiempo después de existir el Universo.

Sin embargo, no somos algo ajeno a la creación, nosotros somos parte de la creación, los átomos de los que estamos hechos existen desde ese Big Bang, solo ha cambiado la organización de ellos, y ni si quiera somos esos átomos, ya que el cuerpo se regenera y al cabo de varios años no somos ya la misma materia original.

El Universo entero y todo cuanto lo forma es la expresión de Dios, no estoy diciendo que el Universo sea Dios, porque como dije al principio, no es posible definirlo con certeza, pero como dijo Anthony de Mello, la danza no existe sin un danzante.

El ser humano ha querido desde siempre explicar su mundo, su universo y según las teorías más recientes, su Multi-Verso.

En la actualidad, los científicos son los más cercanos a comprenderlo, en otras palabras, a comprender a Dios.

Einstein lo tenía claro al decir “quiero comprender la mente de Dios”, no es que fuera religioso, pero el concepto de Dios lo veía como el funcionamiento de la Creación.

Las cuatro fuerzas básicas de la naturaleza, que son la Fuerza de Gravedad, el Electromagnetismo, la Fuerza Nuclear Fuerte y la Fuerza Nuclear Débil, existen “porque sí”, esas cuatro fuerzas son las que dan forma al Universo, esas cuatro fuerzas son la expresión de Dios en su punto más elemental.

Dios creó todo cuanto existe y el hombre es parte de la existencia, Dios creó al hombre.

Pero también, y posiblemente desde que el ser humano tuvo consciencia, el hombre creó a dios.

Y nuevamente debo establecer aquí una definición. Este dios que el hombre hizo, lo creó a su imagen y semejanza, por lo tanto, sí puede ser un señor de batas y barba blanca que vive en el cielo y que le gusta que lo alabemos.

A todos nos gusta que nos alaben, a todos nos gusta que nos respeten y que nos obedezcan y sentirnos lo más importante y ser amados por sobre todas las cosas… y así es ese dios, un dios celoso, terco, inseguro, ingenuo y con tantos defectos como los podemos tener los hombres.

La religión es la que organiza esa creencia y busca explicar a ese dios, hago énfasis en que dije “explicar” y no “comprender”, porque en realidad no les interesa comprenderlo, sólo les interesa poder explicarlo para que los creyentes hagan lo que se espera de ellos, como alabarlo, amarlo, obedecerlo y dar todo por él, claro está, a través de sus apoderados y “representantes” que son los sacerdotes, pastores y demás individuos “dueños de la verdad” y “conocedores de la palabra”.

La palabra… la Palabra de Dios no dice cosas como “dar el diezmo a la iglesia”, la palabra de Dios es más bien “E=mc2”.

La Palabra de Dios es la realidad, que existe con o sin nosotros. Comprender a Dios es comprender la realidad, obedecerlo es obedecer la realidad y aceptarla.

Los científicos usan las matemáticas para conocer la realidad del universo, de todo aquello nos rodea, pero ¿qué me dicen de lo que resta?, ¿qué resta de todo lo que nos rodea? Pues nosotros mismos, todo lo que somos.

La medicina estudia el cuerpo, la psicología el alma o mente, y se supone que la religión se encarga del espíritu, desgraciadamente crea más problemas de los que pudiera resolver.

Entonces, al parecer tenemos dos conceptos distintos de Dios, tenemos al Dios que creó al hombre y el dios que el hombre creó a su imagen y semejanza.

Estudiar ese dios hecho por el hombre es estudiar al hombre mismo, estudiar al Dios que nos creó es estudiar la naturaleza.

La religión pretende explicar al dios que creamos, la ciencia al que nos creó y la masonería estudia al Dios de la Creación, al dios del hombre y al hombre mismo.

La religión tiene básicamente un libro y muchas interpretaciones, la ciencia tiene fórmulas y muchas interpretaciones y la masonería tiene símbolos… y muchas interpretaciones.

Las personas religiosas creen que su propia interpretación es la VERDAD absoluta, las personas científicas buscan comprobar que su interpretación es la VERDAD actual, pero si los masones tenemos una VERDAD, esa es que NO tenemos una verdad.

Cada hermano en logia es un Libro Sagrado, cada Trabajo presentado es una fórmula simbólica; estudiamos a la naturaleza, al hombre y a Dios a través de ellos y sin concluir nada.

Llenamos continuamente nuestra mente y ésta no se desborda, es un flujo perpetuo de conocimiento que no se estanca, que se mantiene vivo.

Dios, siendo el gran arquitecto del universo, creó al hombre, luego el hombre creó a dios a su imagen y semejanza y cuando el hombre reconoció en sí mismo a la Divinidad, creó la Masonería.