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6 advertencias para el profano

La iniciación masónica tiene un complejo ritual, pesado para quien se inicia y difícil para quienes lo realizan, ya que los hermanos masones deben de estar concentrados en todo momento para tener mucho cuidado en el manejo que hacen del recipiendario.

El Venerable Maestro preside la ceremonia, pero son los hermanos Expertos los que la conducen, guiando al recipiendario en cada paso de la iniciación, ¡y vaya que hay muchos!

Pero, en los primeros pasos, antes inclusive de que el hermano Experto lo presente como un hombre de honor, aunque profano, que pide ser admitido entre nosotros, el recipiendario es llevado a un cuarto oscuro, donde se le harán 6 fuertes advertencias.

Primera advertencia: Si sólo tu curiosidad te ha conducido hasta aquí, ¡vete!

Todos al iniciarnos entramos llenos de curiosidad, inclusive, la masonería abraza al hombre curioso, porque el hombre curioso no se queda con las respuestas que le dan, el hombre curioso busca él mismo las respuestas, el hombre curioso es un hombre de ciencia.

Pero, si es sólo y únicamente la curiosidad la que lo guía a la masonería, entonces deberá retirarse, ya que no encontrará nada interesante aquí, nada que escuche o vea le causará sorpresa, su curiosidad profana será muy pronto satisfecha y no encontrará más gusto por continuar.

Segunda advertencia: Si tu alma es accesible al terror, ¡no prosigas!

El masón debe de ser un hombre valiente, debe de saber vencer el miedo y no dejarse dominar por el terror. El profano que se inicia deberá pasar por varias pruebas, algunas de ellas pondrán en evidencia su valor, y antes de ser deshonrado al negarse a una de ellas, es mejor que no prosiga.

Tercera advertencia: Si te crees capaz de fingir, ¡tiembla!, pues serás descubierto.

La verdad siempre sale a flote, no permanece por siempre hundida en la mentira.

Si un profano miente para ser admitido, pronto se sabrá de él, y será señalado, ya que podemos equivocarnos al recibir a alguien, pero no nos equivocamos al expulsarlo.

Cuarta advertencia: Si tienes apego a las distinciones humanas, ¡sal!, que aquí no se conocen.

Esta sentencia advierte al profano que estará entrando a un lugar donde sus credenciales no lo hacen superior ni inferior si no uno más, y si no puede dejar afuera su deseo de reconocimiento, sería mejor salir y no continuar con la iniciación.

Quinta advertencia: Si temes que se descubran tus defectos, estarás mal entre nosotros.

Esta es una advertencia que puede ser mal interpretada, porque, no se refiere a que si la orden masónica descubre defectos en ti estarás mal entre nosotros, sino a que si no estás dispuesto a mostrarte tal como eres, con todo y tus defectos, estarás mal entre nosotros.

La masonería es una asociación fraternal, y como tal, debemos de mostrarnos francos, abiertos y honestos ante nuestros hermanos, sin pena a mostrar nuestros defectos, que para eso vamos, para devastar nuestra piedra bruta, nuestros defectos.

Y, por último, sexta advertencia: Si perseveras, serás purificado por los elementos, saldrás del abismo de las tinieblas y veras la luz.

Un resumen de la iniciación, en pocas palabras te dicen lo que ocurrirá en seguida si decides continuar.

A los hermanos Expertos, durante la iniciación, se les conoce como los Terribles, y es que deben de dar un tono solemne y de gran importancia a cada movimiento y a cada palabra que ejecutan frente al recipiendario, sobre todo al hacer estas seis advertencias, pues deben de tomarse con la más absoluta seriedad.

El profano al que se le dan estas seis advertencias debe de reconocer que está frente a una institución augusta, es decir, a la que se le debe respeto.

Si alguna de esas advertencias le hace dudar, es mejor que se retire ahora y no después de haber traicionado su palabra y a los hombres que confiaron en él.

Pero, una vez iniciado, el masón al recordar las seis advertencias, les da otro sentido, se convierten en una especie de guía:

Primera guía: No es sólo mi curiosidad la que me conduce aquí, sino el deseo de mejorar y hacer el bien.

Segunda guía: Mi alma no es accesible al terror, proseguiré en mi camino.

Tercera guía: No soy capaz de fingir, me muestro franco.

Cuarta guía: No tengo apego a las distinciones humanas, soy uno entre mis iguales.

Quinta guía: No temo mostrar mis defectos, pues al reconocerlos puedo mejorarlos.

Sexta guía: Perseveraré, para ser purificado, para salir del abismo de las tinieblas y ver la luz.

La iniciación es un espejo, de un lado, leemos advertencias, del otro, guías de conducta.

La masonería es así, nos muestra otra realidad, si nos atrevemos a reconocerla.