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El Pie delata la Atención

Este es un truco que aprendí hace muchos años en alguno de los libros que leí sobre lenguaje corporal, lo escribo aquí porque lo uso tanto que puedo ya hablar de él sabiendo exactamente lo que estoy diciendo. Ya en otra parte he mencionado que no es correcto hablar como si uno comprendiera realmente lo que se acaba de aprender; hay que ganar algo de experiencia antes de hablar.

El pie de la mujer con zapatos blancos apunta hacia la mujer con zapatos rojos, pero la mujer con zapatos rojos no tiene puesta su atención en la primera.Este truco puede servir a un vendedor, porque le da un conocimiento sobre su prospecto y por lo tanto una ventaja, pero como la mayoría de las ventas se realizan en un escritorio pues los pies no quedan visibles y no es un truco muy práctico para ellos.

Es muy sencillo, al estar parada a donde apunta el pie de una persona es en donde esa persona tiene puesta su atención.

Por ejemplo, si una persona está hablando con nosotros pero su pié (cualquier de ellos) está más dirigido, como apuntando, hacia la puerta, podemos pensar que esa persona tiene deseos de marcharse.

Si hay un baño cerca y una persona apunta con su pie a la puerta del baño… pues probablemente está pensando en ir.

Esto es más evidente cuando hay un grupo de hombres, unos 3 ó 4 y una mujer conversando, todos los hombres normalmente apuntarán su pie hacia la mujer. Y quizá la mujer apunte su pié a un hombre, el que más le guste.

Si están platicando en una reunión algunas personas y una de ellas apunta su pie a la mesa con las galletas, refrescos o papitas, ten por seguro que no tardará en acercarse y tomar algo de esa mesa.

Cuando platican tres personas y las tres están genuinamente interesadas en la plática, los pies de cada uno de ellas apuntarán a las otras dos.

Si sabes en dónde tiene puesta su atención una persona puedes usar esta información para tu beneficio, sabrás si alguien realmente te está escuchando o si quiere irse, podrás saber si una mujer (u hombre) tiene interés en ti, aunque esté en otro grupo de personas platicando.

Vigila siempre los pies de con quien hables, una mirada rápida basta.

Por cierto, como ejercicio de vez en cuando también recuerda ver tus pies y comprueba si apuntan a donde tienes tu atención.