Cachondez vs. Borrachera
Entiéndase “cachondez” como “apetito venéreo”, es decir, ganas de sexo.
¿Qué es más fuerte?, ¿quién gana?, ¿cuál de estos dos estados controla al otro?
Para no hacer el cuento largo, mi respuesta es: “Cachondez”.
La cachondez es además una fuerza básica de la vida, es la que hace que los salmones naden en contra de la corriente para tener sexo, que cierta especie de araña macho se deje devorar por la hembra después de tener sexo, que los venados, ñus, antílopes y muchos otros se den de catorrazos para tener el derecho de sexo.
Dice el dicho popular “Con dinero baila el perro” y el corolario dice “y con sexo el mundo entero”.
El sexo es una fuerza manipuladora, muchas mujeres saben esto y lo aprovechan.
La cachondez es uno de los estados más difíciles de controlar, es similar al enojo, ambos son como una bola de nieve rodando cuesta abajo, si no se detiene a tiempo, llega un momento en que es imposible ya de detener y arrasa con todo.
La cachondez en sí misma lleva la promesa de placer, así que ¿quién puede rechazarla?
Además, la cachondez se sirve de TODOS los sentidos del cuerpo, basta con ver, oír, sentir, oler, o gustar algo sexual para que la cachondez se active. Pocos sentimientos o estados fisiológicos necesitan de tan poco estímulo para provocar una respuesta tan grande.
Si tenemos mucha sed o mucha hambre, MUCHA, y nos ofrecen la alternativa de “comida” o “sexo”, escogeríamos comida si el hambre de verdad es mucha, pero lo tendríamos que pensar un momento, decir “comida” no saldría en automático de la boca, a pesar de ser lo que nuestro cuerpo nos pide en ese momento; las mujeres no sé si harían lo mismo, porque al ser ellas quienes cargan la descendencia, la supervivencia de los hijos está ligada con su propia supervivencia.
En cambio, la borrachera, es solamente una excusa, nada más.
La borrachera nos permite hacer aquello que no estando borrachos no haríamos.
Ya sea consciente o inconscientemente o uno piensa “al cabo que ando borracho, no será tan mal visto porque dirán: anda borracho, es por eso”.
Mucha gente toma para “darse valor”, es decir, para hacer algo que temen hacer y que la borrachera les permite hacerlo porque es una excusa ante sí mismos.
La mujer que estando borracha se desinhibe en el sexo está usando la borrachera simplemente como excusa para permitirse soltar a la cachonda que lleva dentro.
Estando sobria piensa de sí misma como una mujer recatada, pero borracha se puede permitir pensar de sí misma como una puta, y para disfrutar el sexo hay que ser puta, pero “no soy una puta, válgame Dios!, qué podrían pensar!”, pero estando borracha “ando borracha, no pensarán que así soy yo, así de puta, van a pensar que ando borracha, eso me excusa para serlo”.
El asunto es que la borrachera no provoca nada, absolutamente nada, simplemente deja salir lo que uno ya es, lo que uno como quiera deja salir de vez en cuando, pero estando borracho sale más. La borrachera duerme a Pepito Grillo, a nuestra conciencia, a nuestro Súper Yo, como diríamos los psicólogos. Y al estar ausente Pepito Grillo, al igual que Pinocho en la película, hacemos cuanto nos da la gana sin restricciones, pero no hacemos nada que de cualquier manera no seamos capaces de hacer.
Si la cachondez es poca y la borrachera mucha, la cachondez actúa, porque la borrachera “nos lo permite”, pero si la cachondez es mucha, con o sin borrachera la cachondez actuará.
La cachondez actuará además porque puede hacerlo, porque tiene iniciativa y busca un objetivo, la borrachera como mencioné arriba, no hará nada, se limita a dormir a Pepito Grillo para que todo lo que queramos hacer, lo hagamos.
Todas las personas somos capaces de hacer lo que sea, siempre y cuando tengamos la excusa adecuada y la borrachera es de las mejores.