Las Palabras Mágicas
Estaremos casi todos de acuerdo en que éstas son "Gracias" y "Por favor", pero no me refiero aquí a estas palabras mágicas, sino a todas aquellas que se supone tienen un efecto milagroso, todo aquello que se "decreta" o se "profetiza".
El poder de la palabra es mucho muy antiguo, después de todo, se supone que Dios creó el mundo usando su Palabra, "hágase la luz" dijo y la luz se hizo.
En terapia psicológica también trabajamos con la palabra, no puedo quitarle mérito a este medio, pero es precisamente eso, un medio de comunicación sobre el cuál se utilizan diferentes herramientas, pero estas herramientas no son mágicas.
En la hipnosis inclusive, donde la palabra tiene más fuerza pues puede manipular, influenciar o utilizando el término correcto, sugestionar, de manera directa y palpable a la persona, aún ahí las palabras no son mágicas, no realizan hechos por sí solas.
El niño cree en la omnipotencia del pensamiento y la palabra, cree que si desea algo ese algo se va a cumplir y con mucha más probabilidad si además de pensarlo lo dice.
Quizá de ahí surgió lo de la "Ley de la Atracción" de "El Secreto" que por cierto, es falso también.
Habrá quien diga "yo utilicé la Ley de la Atracción y me funcionó... sí, quizá, pero por cada una de esas personas habrá 100 que también la utilizaron y NO les funcionó, "ah, es que no la utilizaron bien" contestarán y no, no es eso, sí que la utilizaron bien, lo que pasa es que no funciona.
El hecho de que hubo una persona que la utilizó y le fue bien no la hace verdadera, ciertamente ayuda en el sentido de que te hace tener claras y presentes tus metas, eso es algo bueno, es una característica de la gente exitosa y de hecho en terapia breve es casi un requisito el tener claras las metas para poder tener éxito.
"Decreto que hoy será un día estupendo, lleno de salud, prosperidad y felicidad", ciertamente el decir esto al iniciar el día le dará a la persona una mayor probabilidad de que así sea, pero no por magia, sino porque si esa persona así lo cree, entonces esperará que le pasen puras cosas buenas, por lo tanto estará más atenta a lo bueno que ocurre en el día e ignorará lo malo.
Eso es lo que ocurre generalmente, las personas tenemos una capacidad maravillosa para olvidar lo malo y recordar lo bueno. No recordamos las maldades que hemos hecho, recordamos solo lo bueno, así nos consideramos todos buenas personas... y sí, en general la mayoría son buenos, pero no tanto como cada uno nos lo creemos.
Alguien que continuamente acude a que le lean las cartas o en sí que le digan su futuro usando cualquier método, tenderá a recordar las veces que le han atinado y olvidará las que no acertaron, o pensarán quizá que al conocer su futuro lograron cambiarlo.
Las palabras, de hecho, son muy poderosas, un par de palabras puede hacernos sentir muy triste: "ya no te quiero", o muy contentos "sí quiero ser tu novia". Pueden las palabras hacernos enojar fácilmente "eres un idiota" o calmarnos "no te preocupes, todo va a salir bien", pero también depende de quién y cómo se digan.
Sin embargo no hay que confundir, una cosa es que sean poderosas y otra cosa es que sean mágicas.
Los egipcios pensaban que las emociones se procesaban en el corazón, y tiene mucho sentido, cuando nos dan una noticia mala se siente cómo nuestro corazón "salta", cuando estamos muy tristes "duele" el corazón, es decir, sí se siente un dolor físico en el pecho... es curioso, ¿no?, por eso es lo más lógico pensar que ahí es donde están las emociones, a nadie se le hubiera ocurrido pensar que todo está en el cerebro.
Creo que pasa algo similar y es totalmente justificable la conclusión, las palabras nos hacen cambiar de estado de ánimo, nos pueden hacer llorar, un poema puede afectar físicamente a nuestro cuerpo provocando una reacción fisiológica, entonces puede afectar también otros cuerpos físicos.
Y esto se amplifica si utilizamos la palabra de cierto modo y le llamamos "oración" y se la dedicamos a Dios, ¡entonces sí que se cree que es mágica!
En realidad no cambia nada, al fin y al cabo la palabra para tener algún efecto, inclusive para tener su efecto más sencillo que es simplemente la comunicación, tiene que poder entenderse, si la palabra no se entiende pierde su efecto, si fuera en realidad milagrosa entonces lo sería ante cualquier persona, la entienda o no, de otra manera lo milagroso no está en la palabra sino en la persona quien la escucha.
"Ego te absolvo" son unas palabras "mágicas" comunes y conocidas, con estas palabras una persona queda "limpia" de pecados, y bueno, mientras una palabra sirva para "curarte" de un mal inexistente pues claro que será mágica, ¡demuestra lo contrario!
Insisto, este mundo tiene muchas cosas mágicas, basta con ver un amanecer, los colores que se ven en el cielo no son más que magia pura (y en Marte en lugar de naranjas se ven azules en el amanecer), ¿por qué inventarse magia en tonterías?, ¿Por qué ver magia donde no la hay?
"La pluma es más poderosa que la espada", se refiere a la pluma como la palabra escrita, cierto, al quedar escrita tendrá una duración y un impacto mucho mayor que sólo la palabra dicha.
A la Biblia se le dice "La Palabra", como si hubiera sido dictada por Dios, ciertamente no lo fue, ¿quieres ver el "dictado de Dios"?, toma un telescopio y mira las estrellas... o toma un espejo.
"Todo gran poder trae consigo una gran responsabilidad", la palabra no es mágica, pero ciertamente es un gran poder. Si te consideras una buena persona, usarás ese poder para el bien, nunca para el mal.