Las Falsas Creencias
En este artículo no hablaré de Dios ni de religión, es algo mucho más sencillo.
Simplemente mencionaré algunas de las creencias que he escuchado de personas con estudios universitarios, es decir, personas que se supone tienen un buen nivel cultural.
La primera:
“Las estrellas que vemos en el cielo no tienen brillo propio, brillan porque reflejan la luz de nuestro sol, como cuando uno avienta palomitas hacia arriba en el cine y éstas brillan cuando les da la luz del proyector; nuestro sol es el único sol del universo.”
Esta creencia tiene lógica y hasta una explicación sencilla, pero es falsa. Obvio decir que la mayoría de los objetos que vemos brillar en el cielo son soles, como el nuestro, y otros son planetas que efectivamente no tienen luz propia y su brillo es un reflejo de la luz de nuestro sol. Podemos diferenciarlos por esto: los soles tienen una luz que “parpadea”, cambia un poco de intensidad en cada momento, tintinea como dice la canción, en cambio los planetas brillan fijamente, su luz no cambia de intensidad, se ven más estáticos en su brillar.
Ahora, en defensa de la gente que cree que son cualquier cosa menos soles diré que hace muchos siglos la gente culta creía que eran precisamente cualquier cosa menos soles, eran dioses, eran espíritus, eran luciérnagas que se quedaron pegadas en la cosa negra de arriba, como explicaba Timón (de El Rey León).
La segunda:
“El pollo de Kentucky Fried Chicken son clones que nacen ya sin cabeza”
Ok, no. Hacer un clon es un proceso mucho muy costoso, es más barato simplemente criar pollos de la manera “tradicional”, eso sí, los crían industrialmente casi de manera cruel ante nuestros ojos, pero la verdad no sé cómo lo sientan los pollos, no puedo hablar por ellos. Pero definitivamente no son clones y mucho menos creados sin cabeza.
La tercera:
“Puedes saber el sexo de un bebé en el vientre materno si cuelgas una cadena de tu mano sobre la panza de la mamá y observas cómo se mueve la cadena, si empieza a oscilar de manera recta, de un lado a otro es niño, si empieza a moverse en círculos es niña.”
No, tampoco, esto es falso. Es muy común este tipo de creencias. Tomar un objeto que se moverá como el viento o uno mismo inconscientemente lo mueva para predecir algo es algo que existe desde hace muchísimos años. Algo similar es tomar una vara de madera para predecir dónde hay agua en el subsuelo, o hacer preguntas a un espíritu y que éste conteste con el movimiento de la llama de una vela.
Si la cadena se mueve es porque nosotros la movemos. Es muy difícil mantener la mano fija, pronto empezará a temblar casi imperceptiblemente, y la cadena responderá al movimiento. También puede pasar agregado a esto que inconscientemente la movamos a nuestro gusto.
Ya que sólo hay dos opciones, niño o niña, pues hay un 50% de probabilidades de atinar nuestra respuesta. Esas son muchas probabilidades, cuando menos la mitad de las veces acertaremos en la predicción, y la otra mitad que no probablemente la olvidaremos, así sucede.
Con estas tres creencias basta para ilustrar que aún en el siglo XXI hay mucha ignorancia entre la gente “culta”, ya no se diga la gente que no ha tenido la suerte de estudiar.
Y sin embargo… ¿les afecta en algo?, ¿les impide estas falsas creencias ser felices?, ¿disfrutar la vida?, ¿trabajar o amar?, claro que no. Es más, creo que hasta les ayuda a todo esto.
Todavía el siglo pasado la gente culta, los más inteligentes, los científicos creían que el tiempo era el mismo en todas partes, Einstein vino a demostrar que no es así, que el tiempo es relativo, corre de manera diferente en el universo. También se creía que el universo era único, ahora parece ser que hay una cantidad infinita de universos. Los científicos se equivocaron.
Si ellos, con sus grandes inteligencias y estudios y su método científico se equivocan… ¿por qué no podemos equivocarnos nosotros?, ¿por qué no tener nuestras creencias… falsas?
Creer tonterías está más que justificado. Pero que te demuestren que son falsas y seguir creyendo en ellas… eso es en sí una tontería, porque la creencia se convierte en un dogma, algo que se cree y se acepta porque sí y no requiere explicación.
Y nuevamente pregunto ¿es malo tener dogmas?, bueno, depende. Hay dogmas que ayudan a la gente, le dan paz, pero otros que sólo traen inquietud a su alma.
Dicen que la Verdad te hará libre. Pero no te dicen que la libertad se siente como cuando un bebé que apenas camina suelta la mano de su madre y ésta se aleja para motivarlo a que camine hacia ella. El bebé se aterra, está solo, es libre, no tiene a qué aferrarse y tiene dos opciones, caminar hacia su madre o sentarse y sentir la seguridad del suelo.
La libertad es espantosa, horrible si uno no ha madurado, si en el alma uno es un bebé o un niño ser libre es lo peor que puede pasar. Saber la Verdad te hace libre, pero antes de saberla es mejor haber madurado, y esa es la parte difícil.
Si necesitas, a cualquier edad, ya sea 15 ó 60 años, caminar de la mano de tus falsas creencias, entonces nunca sabrás lo que es correr y brincar. Igual vivirás feliz, como las gallinas que se conforman con estar en el suelo, pero si supieran ellas lo que sienten las águilas al volar… no soportarían no poder hacerlo.
No quiero que se entienda que yo sé “correr y brincar”, la verdad es que la vez que lo intenté me fui de hocico contra el suelo. No es tan fácil.
Pero si le comparto al lector que continúo intentando soltar la mano a mis falsas creencias. Algunas son fáciles de aceptar, como creer o mejor dicho, ya no creer en los periódicos y la televisión, en general en los medios masivos de comunicación. La verdad es que están prácticamente todos comprados.
Las falsas creencias nos traen magia a nuestras vidas, y la magia nos alegra porque nos sorprende. Una vida sin magia es más aburrida. Dejar de tener falsas creencias es quitar la magia. Pero el truco de esto consiste en encontrar la verdadera magia que existe, como poder explotar en una carcajada espontánea frente a algo gracioso. Eso es magia… cuando menos yo así lo veo, porque es algo que me sorprende.
Y bueno… pensándolo bien, parece que siempre sí escribí un poco el artículo “Todo es Mentira”.
El inconsciente empata, porque al final le he quitado la parte negativa que Yo no quería publicar.
Para finalizar, quiero dejar este mensaje: no creas todo lo que escuches, veas o leas sólo porque sí, antes busca comprobarlo, investiga, corrobóralo y después de eso créelo, pero siempre con la convicción de que aún puedes estar equivocado.
Y si todo puede ser mentira, ¿entonces a qué se aferra uno? ¡Bienvenido a la libertad!