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La Inteligencia Equivocada

Hay una página católica que usa una frase mía (y me cita como fuente) en un artículo de apologética, ahí aprendí yo qué significaba esa palabra, significa en pocas palabras "defensa de la fe", el asunto es que tienen una liga al artículo en mi web y de vez en cuando entra gente desde ahí, lo cual me sorprende porque a pesar de que cuando menos en mi web NO le tiro a la fe, bueno sí un poco, pero casi no, lo que sí hago es ponerla en DUDA: no aceptes ideas solo porque te las dicen, razónalas, piénsalas y si tú mismo te convences pues acéptalas… por lo pronto.

 Total, que uno nunca sabe para quién trabaja... ahora, por otro lado, me gusta eso, me gusta escuchar ideas inteligentes aunque sepa perfectamente que sean mentira.

Dos inteligencias enfrentadas en el ajedrez, pero una estará equivocada.

Por ejemplo, decía un pastor: "Malinterpretan nuestra fe, porque dicen que se puede ser pecador pero que mientras aceptemos a Jesucristo nos iremos al cielo, y eso no es así, lo que pasa (ahí viene la parte inteligente) es que cuando alguien acepta a Jesucristo deja de portarse mal y se convierte en una buena persona".

Me quedé sonriendo porque me causó satisfacción, si me lo hubiera dicho en persona igual me hubiera quedado callado, le hubiera dado el gane en ese punto, a pesar de estar él equivocado de fondo.

La inteligencia le ha permitido al humano hacer grandes cosas, pero también lo ha hecho equivocarse con la mejor intención y es que hasta hace poco empezamos a comprender cómo nuestro cerebro “nos engaña”; de cierto modo los magos siempre han tenido ese conocimiento, pero ahora es también parte del arsenal de los psicólogos y hombres de ciencia.

“No te metas a la alberca, acabas de comer, espérate unas 3 horas” dicen todavía hoy, y esto es falso, uno puede comer y mucho e inmediatamente meterse a nadar. La inteligente explicación que he escuchado es que la sangre se concentra más en el estómago, ya que al estar digiriendo la necesita más y las piernas quedan con menos sangre y por eso pueden dar calambres si las ponemos a trabajar nadando.

Suena lógica esta inteligente explicación, pero está equivocada, la verdad es que el cuerpo tiene suficiente sangre para mantener funcionando a todas las partes del cuerpo al mismo tiempo… menos el pene, cuando ese se activa utiliza la sangre del cerebro, por eso un hombre excitado no piensa bien. Obvio, esto es un chiste, lo decía el comediante Robin Williams.

Hay pocos momentos de lucidez en el día y quizá pocas veces al año se te presenta algo que te “explota la mente”, como en aquella película donde un pastor dijo “Dios te ama, pero no necesariamente le caes bien” y uno del público hizo ese gesto de “mente explotando”.

Ese es el asunto, cuando se nos presenta algo que nos cambia el modo de pensar, algo que es tan sorpresivo que se escabulle entre nuestras defensas mentales, entonces tendemos a creerlo, aunque sea algo equivocado, y más cuando alguien a quien respetamos y consideramos inteligente nos lo dice.

El hecho de que una teoría se presente con términos llamativos, con explicaciones atractivas y sobre todo exposiciones interesantes no la convierte en verdad; tampoco funciona la democracia en la definición de los hechos.

El mejor ejemplo que puedo poner de esto es la película pseudocientífica “What the bleep do we know?”, excelente guion, muy buenos efectos especiales, explicaciones súper sencillas de ideas súper complejas, en pocas palabras ¡estupenda película! … pero falsa. Investiga qué dicen los científicos serios sobre esa película, no me creas a mí que tengo las mismas bases para decir que es falsa como cualquiera para decir que es verdadera.

Y hablando de científicos serios, lo más inteligente que se puede hacer cuando uno descubre que se estaba equivocado es aceptarlo, así hayan pasado 30 años de pregonar que teníamos la respuesta correcta, claro que se necesita de muchas agallas, como las que tuvo Stephen Hawking al pagar la apuesta que hizo con otros dos científicos sobre su teoría llamada “la radiación de Hawking” en relación a los agujeros negros, cuando reconoció que él estaba equivocado.

Una de las personas más inteligentes en la historia de la humanidad, después de 30 años se da cuenta que estaba equivocado y dice, hasta con cierto humor, “Me equivoqué”.

Si Stephen Hawking puede equivocarse ¿por qué nosotros no?

En resumen, no porque algo parece inteligente es cierto y no porque alguien inteligente lo diga también lo es, aunque así de entrada… yo sí lo creería, con reservas y digo “con reservas” porque si Hawking dice “yo creo que los agujeros negros con el tiempo se evaporarán” yo digo “yo también creo eso”, y ahora que dice “me equivoqué” yo digo “yo ya no creo eso”.

Lo que pasa es que en cosas que uno no entiende ni “J” lo mejor es creerles a los que sí lo entienden, y repito, con reservas.

Pero por otro lado, si alguien se dice “entendido” en un tema pero ves que busca tu dinero, aunque suene muy inteligente lo que diga mejor procura investigarlo y comprobarlo por tu cuenta, quizá baste con investigar un poco de su teoría, y no toda por completa, para darte cuenta de que son tonterías.

Y les pongo un ejemplo, hay libros y más libros y conferencias y lo que se les ocurra sobre “Angelología” y sobre “Astrología”, la gente que de verdad entiende de eso te da unas explicaciones muy inteligentes y muy lógicas, pero basta con hacer pequeñas pruebas para descubrir la falsedad.

La inteligencia sirve para descubrir la verdad, pero también funciona, y muy bien, para ocultar la mentira.

Duda de todo, siempre, hasta de tu propia inteligencia, porque cuando más inteligente te crees es cuando más fácilmente puedes ser engañado… lo digo por experiencia propia.